Los fans quedaron helados, con un nudo en la boca del estómago. No es para menos. Si bien los últimos años hacían prever que algo así podía ser posible, una cosa es considerarlo y otra, escucharlo de boca de la víctima: “Perdí mi virginidad en una violación”, dijo Demi Lovato.

La cantante se abrió como nunca antes en su documental “Demi Lovato; Dancing with de evil”. Algunas de las narraciones de Lovato en la cinta son de una dureza extrema, más allá de lo que suele esperarse de estos filmes.

La producción original de Youtube causó estupor en millones de fans de la artista en todo el mundo. Demi casi muere en 2018 de una sobredosis, luego fue agredida sexualmente. El responsable de todas estas aberraciones fue su dealer, un hombre al que Demi define como su “traficante”. Pero, lamentablemente, aquella no fue la primera vez que algo así sucedió con ella.

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“Cuando era adolescente estaba en una situación muy similar. Perdí mi virginidad en una violación. Llamé a esa persona un mes después y traté de arreglar las cosas teniendo el control y todo lo que hizo fue hacerme sentir peor”, explicó la cantante sobre un hecho sucedido en pleno rodaje de un film de Disney que no quiso escrachar.

“Realmente me castigué durante años, por lo que también me costó mucho aceptar el hecho de que fue una violación cuando sucedió. Dije ‘Oye, esto no irá más lejos. Soy virgen y no quiero perder mi virginidad de esta manera’. Y eso no les importó, lo hicieron de todos modos. Lo internalicé y me dije a mí misma que era mi culpa porque todavía estaba en la habitación con él”, continuó Lovato. “Nunca lo sacaron de la película en la que estaba, (…), nunca se metió en problemas por eso”, concluyó Demi sin dar nombres.

Todo ese duro pasado explica su bulimia posterior, su terrible caída a los infiernos y la sobredosis de tres años atrás, de la que aun se recupera tras haber sufrido daño cerebral: “Crucé una línea que no debe cruzarse”, dijo alguna vez Demi. Y así es.