No tiene nada de malo (hay que insistir, nada de nada). Mirenla a Adele: fenómeno mundial, voz increíble y genia absoluta; a nadie le importa que sea regordita. Pero otras divas buscan la fama ayudándose de otros valores. Mariah Carey podría haber sido un caso como el de Adele perfectamente; la mujer tiene una voz de ensueño.

Pero a su talento artístico le sumó su bella figura, su juventud natural de los 90, las sesiones sugerentes de fotografías. Y ahora que ya es una mujer, la señora insiste en mostrarse sexy. Su Instagram la enseña a menudo en poses osadas, con poca ropa y exuberante. Pues bien, paparazzis la pillaron por las calles de Barcelona y de esa imagen que la red refleja hallaron poco y nada.

La imagen que abre este artículo es una de las paradigmáticas del asunto. La foto saltó a la fama por el uso de Photoshop (mírese la curvatura del espejo, arriba de su hombro izquierdo). La toma genera siempre el mismo tipo de comentarios: ¿De cuándo es esta imagen? Ella ya no luce así.

Ahora todo es peor. No solo la acusan de “gorda” (en comparación con la figura que insiste en vender; Mariah luce normal para mujeres de su edad que han sido madres), lectores y portales de todo el mundo la señalan como mentirosa. Y algo de eso, lamentablemente, es verdad. ¿Por qué mostrar algo que no es? Son muchas las veces que se ha discutido acerca de sus selfies y fotos fuertes, si tienen retoque digital o no. Ahora es tiempo de discutir al revés: fotos genuinas, sin truco. Y Mariah, otra vez, sale mal parada. La verdad desmiente a la diva. Qué pena.