• Gonzalo Pichara, ex Guía de Música Pop
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La extravagancia era signo de poder. Los músicos solo se podían ver sobre el escenario, llegaban a tu ciudad y no podías ver ni la punta de su nariz, solo sus guardias, comitivas y cuantiosos automóviles. Hoy de esa escuela quedan pocos, muy pocos que aún cuentan con una fanaticada tan leal que soporta tan extravagante comportamiento. Hace solo semanas pudimos ver como Luis Miguel logró escabullirse y solo mostrar su gruesa silueta sobre el escenario del Festival de Viña, más que eso, absolutamente nada. Como él, aún queda Julio Iglesias y otros de la vieja escuela. El ya fallecido Michael Jackson quizás representó mejor que nadie este enfermizo comportamiento de auto-enclaustramiento que convierte a la fama en una cárcel.

Lo cierto es que los tiempos cambiaron, la globalización transformó al público y a la fanaticada para siempre. Para nosotros, los consumidores, ya no basta con un buen disco o una correcta presentación en vivo, cada banda o artista solista debe venderse y mostrarse cercano a su público. La metamorfosis de un público cada vez más exigente va de la mano de la ya mencionada globalización, cada vez nos gusta sentirnos más cerca de nuestro artista favorito y saber que ellos nos toman en cuenta. Una herramienta fundamental en este proceso ha sido Twitter. La red social del pájaro azul simplemente revolucionó la manera de relacionarnos con nuestros ídolos musicales. Conocer qué hacen ellos 24/7 e incluso poder escribirles directamente es un cambio hasta hace pocos años impensado.

Foto: EFE

Lady Gaga ha sabido sacarle provecho a las redes sociales.

Una artista que entendió este concepto de manera perfecta fue Lady GAGA. Precursora del Twitter en las celebridades, se llenó de “seguidores” en la red social y fue desde ahí que comenzó a cimentar una carrera explosiva, comentando y manteniendo un estrecho contacto con sus fanáticos, esos que compran discos, compran canciones a través de iTunes, y ven sus videos en Youtube. No hay que ser un gran entendido para reconocer en Lady GAGA una artista bastante mediocre en sus composiciones musicales, pero simplemente extraordinaria con el manejo de su “marca”.

Conocer las sensaciones  y opinión de un artista, posterior a un show realizado en tu ciudad, hoy es completamente posible gracias a Twitter. Esto último no solo acerca a quien está sobre el escenario, sino que también lo humaniza. Anécdotas relatan que Elton John durante su primera presentación en Chile a mediados de los noventa ni siquiera se enteró que tocó en Chile, su corta estadía y vertiginoso tour le jugaron una mala pasada. Hoy, hechos como esos afectan directamente a un público que exige calidad arriba del escenario durante las dos horas de concierto, pero también cercanía una vez que bajan de él.

El divismo pasó de moda. Hoy se agradecen los tipos de verdad, esos a los cuales se les puede acercar, robar una fotografía y un autógrafo. Michael Bublé, Roger Waters, Paul McCartney, James Blunt y hasta Morrissey han demostrado en sus últimas presentaciones en Chile, que la industria cambió. Todos los mencionados se ha paseado libremente por la ciudad, han salido a comer sin mucha comitiva y han accedido a una conversación y a una foto con los fanáticos.

La cercanía actual

Para finalizar, dos breves anécdotas que demuestran la cercanía actual de quien está sobre el escenario y nosotros, quienes pagamos por ver sus shows. Durante la última presentación de la banda Tears for Fears en Chile, se generó un leve retraso, ante esto muchos comenzamos a “twittear” directamente a Curt Smith (@curtsmith), miembro fundador de la banda, y él no demoró en responder que les habían pedido retrasar el show porque aún había mucha gente entrando al recinto y desplazándose hacia sus asientos. La segunda y última anécdota tiene como protagonista a Brian Ray (@brianrayguitar) guitarrista y bajista hace más de 10 años de Paul McCartney y uno de los músicos más devotos de Twitter.

Días después del show del ex-beatle en nuestra capital, envié a través de mi cuenta una pregunta a Ray con la intención de saber su impresión del show realizado en Santiago. Para mi sorpresa, rápidamente recibí una respuesta describiendo lo entretenido y activo que se había sentido el público desde la tarima instalada en el Estadio Nacional.