“De un día para otro apareció el fuego. Serían tipo dos o tres de la tarde cuando comenzó a prenderse fuego la ropa que estaba en una de las habitaciones”. “Vivimos durante un mes entero con el fuego”, recordó la anciana que afirma, estaba sola atendiendo en un negocio al lado de su casa “cuando comencé a olor a quemado que venía de mi casa que está pegada”.

Foto: La Mañana de Neuquén.

Perseguidas por el fuego

Cuando ocurrieron estos hechos corría el año 2007 en el barrio Villa Florencia de Neuquén, capital. Los bomberos, convocados ante la emergencia, también quedaron desconcertados porque cuando estaban apagando el fuego en una habitación, se encendió otro fuego, en otra habitación.

Quien relata estos hechos inexplicables es María Barriga, que con su familia habitaba la vivienda de la calle Gatica. Las misteriosas llamas se hicieron presentes en 17 ocasiones en diferentes ambientes de la casa. La señora, ahora al parecer lejos de aquellos sucesos, aunque no quiere hablar de ellos, agrega: “Hasta el agua que había en una pileta se prendía fuego. Los jabones (de pan blanco) explotaban. Las llamas eran voraces, ardían como nunca. Eran bien amarillas”.

“Figuras, como caras”

A pesar de que la señora no quiere hablar del tema, el periodista Luis Castillo, logró que en breve charla rememorara “los fuegos”, tal como los denomina. Afirma que eran llamas de más de un metro de alto y que aparecían de forma inadvertida quemando algún material del hogar y dejando un fuerte olor a humo y manchones negros en las paredes. Sin embargo, las llamas nunca fueron más allá de un determinado espacio. La casa nunca estuvo en peligro de incendio general.

Ante la reiteración de los hechos, los bomberos cortaban el servicio de electricidad y gas ante la posibilidad que “los fuegos” fueran producto de cortos circuitos.

Interviene en la charla su hija Viviana, quien también sufrió los hechos inexplicables. “La pasamos muy mal. Mi mamá se la pasaba en el hospital y yo con mucho miedo. Me pongo hablar de lo que pasó y se me eriza la piel. Fue todo muy feo”.

“Pasaban cosas increíbles, en un momento se quemó el lavarropas que tenía agua, es algo imposible que suceda, pero nos pasó. De la nada también se prendió un jean que estaba colgado”, agregó.

Como si el relato de las dos mujeres no fuera suficientemente inquietante, Viviana aseguró que logró fotografiar algunos de “los fuegos” donde se podían ver “figuras raras, como caras”. Agrega que “Llegué a pesar 44 kilos, no podía dormir y la luz siempre se mantenía prendida”.

Recordó que los policías que llegaban al domicilio para constatar lo que pasaba estaban tan asustados como ellas. “Yo recuerdo que se transpiraban toda la espalda porque me daba cuanta por la camisa y sus caras. Algunos no se animaban a ingresar a la casa”, contó Viviana.

Que traigan a un cura

Volvió a intervenir María en el relato. Afirma que sin dudas había un demonio en su hogar, por lo que se hizo presente en una iglesia cercana a pedir ayuda. No funcionó, ya que “el cura no se animaba a entrar y me decía que tenía que comunicarse al Vaticano, Roma, para avisar lo que pasaba, algo así. Se le erizaban los pelos cuando se acercaba a la puerta. Decía que hacía mucho frío y que no se podía entrar”, señaló María.

Otro sacerdote, Reinando Hermosilla, llegó a la casa, se instaló en ella y todo comenzó a cambiar.  “Desde que llegó comenzó a leer la Biblia. Recorría toda la casa orando y le pedía ayuda a dios. Nosotros también orábamos junto a él. Terminó sacando la maldad que nos hicieron. Gracias a él sacamos la inmundicia”, aseveró convencida María.

Pero se produjo algo…

Viviana, la hija de María, sostiene que a una vecina que hacía —según ella— trabajos de magia negra se le quemó la casilla durante unos de “los fuegos”. “Ella me hizo un trabajo a mí”, aseguró. Supo, tiempo después, que la tal vecina se había ido a Cholila y que allí también pasaban cosas raras. Después de otro de “los fuegos”, este con consecuencias importantes en la vivienda, esta fue abandonada por la familia.

Tiempo después, regresaron con previamente una profunda tarea de albañilería y limpieza. Es donde viven ahora y los sucesos no han vuelto a repetirse. El actual jefe de bomberos, que recuerda aquellos hechos y haber concurrido en algunas ocasiones a la vivienda, descree del mito barrial de “la casa embrujada”.

Afirma que, técnicamente, en cada ocasión que concurrieron siempre detectaron algo combustible que pudo haber originado el fuego. Aunque nunca encontraron la fuente de calor de origen. Rememora que en una ocasión, dejó uno de los bomberos de guardia en la casa y que este no quería quedarse.