¿Cómo estudiar? Guía práctica para mejorar tu manera de aprender

Estudiar nunca es una tarea fácil de llevar a cabo. Si quieres mejorar tu técnica y hacerlo cada día mejor, sigue los siguientes consejos.

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Seguramente todos nos hemos visto alguna vez ante la necesidad de estudiar algo o al menos, ayudar a alguien en su estudio. Sin embargo, ¿alguien alguna vez nos enseñó a estudiar a nosotros? La mayoría de nosotros respondería que no, que lo aprendió en la práctica misma. Aún así, existen algunos consejos prácticos que pueden ser muy útiles a la hora del estudio. Nunca es tarde mejorar nuestra manera de estudiar y/o ayudar a quienes se encuentran en proceso de aprendizaje, sea cual sea su etapa de vida.

A continuación, te presentamos una guía con algunas recomendaciones que pueden ser muy efectivas para distintas tareas de aprendizaje:

  • Establece pequeñas metas de estudio (concretas y cortas). Por ejemplo: fragmenta tareas o trabajos.
  • Establece un horario o tiempo fijo para el estudio, ojalá diario y sin distracciones.
  • Prémiate por tus logros (pequeños o grandes) Por ejemplo: “Estudiando me desconcentro fácilmente (…) me voy a concentrar bien en las próximas dos páginas y después descanso un poco”.
  • Si tienes algún “fracaso”, tómalo como algo temporal. Por ejemplo: Diciéndote “La próxima vez, lo voy a hacer mejor”.
  • Elógiate antes de las pruebas o antes de estudiar. Por ejemplo: Repitiéndote “Me va a ir bien en esta prueba” o “Me voy a concentrar en este capítulo y lo voy a hacer bien”, etc.
  • ¡Pide ayuda si lo necesitas! A profesores u otros compañeros.
  • Organiza programas de estudio e intenta respetarlos (Divide el número de páginas que debes estudiar por el número de días que tienes para hacerlo. Por ejemplo: tengo 4 días para estudiar 20 páginas, por lo tanto, debo estudiar 5 páginas al día).
  • Estudia alternando tiempos de estudio con tiempo de descanso (45 min de estudio y 15 min de descanso). Y ocupa los tiempos de descanso en actividades que REALMENTE te descansen (por ejemplo: ejercicios de respiración, de elongación de músculos, de meditación, distráete dando una vuelta a la manzana, sal al patio, etc.).
  • De ser posible, empieza estudiando desde lo más fácil a lo más difícil para ir sintiendo que vas comprendiendo paso a paso y aumentando tu seguridad en ti mismo/a al momento de estudiar.
  • Mejora las condiciones de tu lugar de estudio. Ojalá sea despejado, poco ruidoso, bien iluminado, etc.
  • Para memorizar:
  1. Repite constantemente y utiliza distintos canales de comunicación (auditivo: repetir en voz alta; visual: escribirlo en una pizarra o papelógrafo en grande o escribirlo en una hoja).
  2. Establecer una secuencia o clasificación de lo que se desee memorizar (puede ser lógica: fácil de recordar; puede ser ilógica: utiliza la mnemotécnica, es decir, una oración que sea corta y a la vez fácil de recordar).
  • Repasa en este orden:
  1. Repite mentalmente varias veces lo que quieres memorizar.
  2. Escribe el esquema de memoria en una hoja en blanco.
  3. Revisa en la materia las “lagunas” o partes que no memorizaste.
  4. Vuelve a repetirlo todo mentalmente.
  • Inventa, hazte y responde preguntas acerca de lo estudiado.
  • Elabora un plan diario de estudio en época de pruebas. Haz un listado de las tareas o trabajos importantes, ordénalos según la prioridad y considera el tiempo real que tardarías en realizarla.
  • Haz algún tipo de actividad física (ejercicio, deporte, caminata). Esto te ayuda a disminuir el estrés por los estudios y mejora tu aprendizaje.
  • Para ramos como matemáticas y física, donde es necesario saber hacer ejercicios, es bueno repetir sistemáticamente los ejercicios típicos. Es decir, ¡ejercitar muchísimo!
  • Para ramos como historia y lenguaje, donde es necesario aprender conceptos, es más importante estudiar memorizando las ideas centrales y comprendiendo lo que se estudia.
  • Es necesario incluir la relajación en el plan diario de estudio, sobre todo en época de pruebas.
  • Una buena técnica es la técnica del subrayado. Se puede utilizar para subrayar lo importante; lo que permite, más tarde, realizar un repaso más rápido de aquello que ya se leyó. Además de subrayar con línea recta, se pueden agregar otros símbolos al margen que pueden ser de utilidad. Por ejemplo:
  1. ¿?: cuando tengo dudas
  2. ¡!: cuando hay algo importante
  3. 1, 2, 3…: cuando se están enumerando ideas o conceptos
  4. Doble subrayado: cuando es una definición
  5. Etc.
  • Una buena técnica para utilizar durante las pruebas/exámenes, al enfrentarnos a un enunciado largo o complejo, es marcar, subrayar y/o redondear las palabras claves del enunciado para que sea más fácil responder.
  • En el caso de las matemáticas, para no confundir los signos, es posible marcarlos siempre con el mismo color. Por ejemplo:
  1. + : rojo
  2. - : verde
  3. x : etc.

¡Éxito a todos sea cual sea su proceso de aprendizaje!

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