Crisis en Chile: ¿Cómo enfrentar la sobre exposición a imágenes y estímulos violentos?

Nadie puede mantenerse ajeno y no basta con apagar la televisión.

Guía de: Psicología y Tendencias

En los últimos días hemos visto al país sumido en violencia. Las imágenes y estímulos violentos están en las calles y en todos los noticieros de televisión.

Nadie puede mantenerse ajeno y no basta con no salir a la calle o apagar la televisión cuando hay niños presentes. Se escuchan ruidos, balazos, y se han podido observar militares armados en las calles, encapuchados y distintas situaciones de gran tensión.

El estrés que estamos viviendo y las situaciones agobiantes podrían llegar a producir incluso estrés postraumático en algunas personas. En ambos casos, continuar sobre expuesto a imágenes violentas empeora el panorama.

Diversos estudios demuestran que la exposición de los niños a situaciones violentas, ya sea presencialmente o en la televisión u otros medios de comunicación masiva, genera un impacto mental a nivel emocional, cognitivo y conductual que puede evidenciarse en forma inmediata así como también a largo plazo. Y que, de la misma forma, es un precursor de conductas violentas en niños y adolescentes.

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En el caso de los adultos, la situación es similar. El estar expuesto a situaciones o imágenes de violencia puede resultar traumático e incluso desencadenar en el Trastorno de Estrés Postraumático que puede durar meses e incluso años.

Los estudios demuestran que las consecuencias más comunes son el trastorno antes descrito, depresión mayor y ansiedad generalizada.

Ahora bien: ¿Cómo enfrentar la sobre exposición a estímulos violentos que estamos viviendo?

Para explicar cómo afrontar la sobre exposición a imágenes violentas, podemos tomar en cuenta el experimento de Lepore, Ragan y Scott, quienes en el año 2000 realizaron un estudio enfocado en el desarrollo de traumas y los procesos cognitivos subyacentes a estar expuesto a estas conductas por un periodo extenso de tiempo, así como ser re expuesto.

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De este modo, llegaron a la conclusión de que, quienes hablaban del tema, incluso luego de llevar días viendo videos con la misma temática, presentaban menos nivel de malestar con el pasar del tiempo.

Eso nos da una primera estrategia de afrontamiento, hablar del tema. Así sea repetitivo, es necesario para la salud mental de los adultos, ya que generara menos pensamientos intrusivos y amenazantes. De la misma forma es positivo en niños, ya que evitamos el acostumbramiento a este tipo de conductas y los ayudamos a manejar su ansiedad y miedo.

Una segunda estrategia de afrontamiento es la resiliencia, que según muchos autores no es una habilidad innata, debe trabajarse. Se define como la capacidad que tienen las personas para hacer frente al dolor, a experiencias difíciles o traumáticas. Podemos trabajar esto con nuestros seres queridos, darle un sentido a lo que se está viviendo.

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Una tercera forma de afrontarlo y ayudarse es tratar de seguir con una vida normal, dentro de lo posible. Volver a la rutina de siempre ayudará a calmar la sensación angustiante de miedo y recobrar la sensación de calma en nuestras vidas. Las situaciones de violencia pueden mantenerse, pero al continuar con tu rutina podrás sentir que tienes el control de un aspecto de tu día a día, lo que ayudará a apaciguar la situación atemorizante.

Frente a los demás, que también se encuentran expuestos a este tipo de situaciones e imágenes toma en cuenta:

  • Si alguno de tus seres queridos muestra cambios en su conducta pudiendo no estar rindiendo adecuadamente en su trabajo o estudios.
  • Si observas en ti mismo u otras personas extrema irritabilidad, falta de motivación o concentración
  • Permite que los demás te cuenten cómo se sienten con lo que están viviendo, no interrumpas y haz preguntas. Todos necesitan desahogarse.
  • No le digas a los demás que sabes cómo se sienten.
  • No minimices la experiencia, que para todos está siendo distinta y probablemente atemorizante. Evita frases como “ya pasó”, “no es para tanto”, “estás exagerando”.
  • Evita decirle a los demás que se propongan sentirse mejor o no pensar en eso. Del mismo modo no te exijas sentirte mejor rápidamente.

No todos reaccionamos de la misma forma a situaciones de estrés, violencia y miedo. Si sientes que no puedes regular tus emociones, la angustia o el miedo, debes consultar a un especialista de la salud mental. Y por último, date tiempo para estar cerca de tus seres queridos, esto transmitirá un poco de calma a la exposición constante a violencia de la cual por el momento no podemos evitar del todo a estar expuestos.

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