Desesperanza: La tendencia a mirar el “vaso medio vacío”

¿Te has descubierto pensando que las cosas no tienen solución?

Desesperanza

La desesperanza se define como un estilo atribucional que consiste en la tendencia a hacer inferencias negativas sobre las causas, consecuencias e implicaciones de los sucesos vitales negativos. En otras palabras, es la tendencia a explicar los sucesos negativos a partir de causas internas, globales y estables; además de presentir constantemente consecuencias negativas de las cosas y concluir que se deben a fallas en nosotros mismos. Es decir, ser “fataliastas”.

Es común que personas que utilizan este estilo atribucional se repitan a sí mismas frases como: “esto no tiene solución”, “no hay nada que se pueda hacer para mejorar esta situación”, “esto es inevitable, permanente y me va a afectar en todos los ámbitos de mi vida”, “esto es mi culpa” o “esto seguirá siendo igual en el futuro”.

Desesperanza

La desesperanza comenzó a ser estudiada por Bruce Overmier y Martin Seligman a mediados de la década de 1960. Ellos descubrieron que si un animal era expuesto a una serie de estímulos aversivos inescapables e incontrolables, luego desarrollaría un síndrome caracterizado por un marcado déficit para iniciar otras conductas o aprender conductas nuevas. En este estado, no intentará escapar de otros eventos aversivos, se quedará pasivamente, aguantando el malestar, mostrará poco interés en una compañera sexual en celo e incluso en alimentarse, su tasa de comportamiento habrá disminuido, se lo verá quieto, aletargado y sin motivación para iniciar casi ninguna conducta. Es decir, presentará claros signos de ansiedad y tristeza. He aquí un modelo animal experimental para la depresión humana.

Como es posible entrever, esta forma de enfrentar la vida no sólo nos resta positivismo; sino, nos vuelve mucho más vulnerables (p.e. a la depresión). Se dice que el hombre sólo necesita tres cosas para ser feliz: fe, esperanza y amor. Si se le niega alguna de las tres, especialmente la esperanza, entonces la depresión es prácticamente inevitable.

De hecho, este estilo atribucional actúa como factor de vulnerabilidad al interactuar con acontecimientos estresantes; pudiendo favorecer directamente una depresión. Inclusive, estaría descrita un tipo de depresión denominada “Depresión por Desesperanza”, que incluiría síntomas tales como baja autoestima, falta de energía y tristeza, entre otros.

Finalmente, en términos de género, se ha estudiado que las mujeres muestran una mayor tendencia a desarrollar este estilo cognitivo; lo cual, las vuelve más vulnerables a determinadas circunstancias estresantes y, por ende, a mostrar un mayor número de síntomas depresivos que los hombres.

Desesperanza

Alegremente, la desesperanza tiene tratamiento. Este consiste básicamente en “curar” este estilo desde lo conductual y lo cognitivo. Lo anterior, se centra -en palabras simples- en favorecer acciones concretas que se conecten con resultados positivos y procurar que los pacientes se den cuenta de la relación entre sus acciones y los resultados de éstas.

¿Y tú, cómo ves el vaso?

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