¿Qué debemos tomar en cuenta para la salud mental de los niños en edad escolar?

La conducta infantil responde a dos contextos centrales: El hogar y el colegio.

Guía de: Psicología y Tendencias

Una investigación realizada por la Universidad de Chile, y publicada por la revista de Psicología de la misma casa de estudios, estudió qué aspectos escolares y de la vida de un niño pueden afectar o mermar su salud mental.

Para esto, los psicólogos plantearon la premisa de que, si bien, la educación hace esfuerzos por formar personas con herramientas, competencias y habilidades para desenvolverse adecuadamente en la vida y lograr el éxito en lo que se propongan, eso muchas veces no se logra. Esto ocurre porque, en una sala de clases o entre niños de una misma edad, pueden existir múltiples factores que los hagan situarse desde una posición desventajosa en relación con sus pares.

La conducta infantil responde a dos contextos centrales: El hogar y el colegio, ya que son los espacios que para los niños y niñas son más cotidianos.

Según reafirma la publicación de la investigación realizada y la psicología en general, la importancia que tiene la calidad de la interacción que los niños y adolescentes tengan en estos dos lugares para su desarrollo socioemocional, físico y mental es fundamental.

Los factores de riesgo arrojados por dicha investigación, y los instrumentos de medición que fueron adaptados para ser usados en Chile, son seis en total.

Para cada factor de riesgo se identificó el logro que se veía mermado por éste. Por ejemplo, el primero, que es la aceptación a la autoridad, se observó que el factor implicado en dichos niños era la desobediencia y agresión que podía mostrarse en conductas como ser gritón con los demás, desobedecer las reglas, mentir, incitar peleas entre compañeros y reaccionar negativamente frente a críticas o fracasos.

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El segundo factor de riesgo descrito es la conducta tímida, en el sentido de ser poco amistoso con sus pares y profesores, lo que afectaría el contacto social de los niños y niñas. Esto se manifiesta a través de conductas como no querer compartir con sus compañeros o mostrarse poco solidario, evitar todo tipo de actividades extraprogramáticas, no jugar ni interactuar con sus pares, entre otros.

En cuanto a los logros cognitivos que se pueden entender como aprendizajes o buen desempeño académico, el factor de riesgo asociado es un déficit entendido como no tener interés por aprender o no lograrlo a pesar de tener las capacidades. En cuanto a la conducta, se refleja en no ser capaz o no mostrarse autónomo para trabajar solo.

El cuarto factor de riesgo encontrado fue los problemas de concentración que afectaban la calidad de la atención que el niño o niña podía mostrar en los distintos contextos escolares. Esto se observó en menores que no lograban persistir en las tareas propuestas, que se distraían fácilmente y mostraban poca concentración en el día a día dentro de la sala de clases.

En cuanto al crecimiento emocional esperado las distintas edades de los niños y niñas, el factor de riesgo asociado es la inmadurez que puede mostrarse en conductas como necesidad de atención constante del profesor, apegarse a los compañeros, buscar demasiada atención y estar “detrás” de sus pares y necesitar afecto para motivarse por el trabajo.

Salud Mental Niño

El último factor, que es la hiperactividad, significaría una desventaja en cuanto al nivel de actividad, ya que no puede estar sentado tranquilo o necesita correr por la sala de clases, lo que finalmente recae en que si no recibe ayuda o distintos tipos de enseñanza más lúdicas, puede significar una recaída escolar.

Cualquiera de estos factores es modificable. Tal como la investigación señala, la mejor forma de observarlos y trabajarlos es percatarse de las señales. Esto debe venir de los principales adultos que están involucrados en el desarrollo escolar y psicosocial de los niños: Los padres y profesores.

Para esto, es importante tener una comunicación fluida con los profesores y conversar con los niños y niñas sobre su experiencia escolar, más allá de cómo te fue en el colegio. Deben preguntarles a qué jugaron, con quién, si lo pasaron bien, qué es lo que más les gusta de asistir a clases y que es lo que menos. Esto dará además la confianza suficiente para que los niños puedan expresarnos abiertamente si existiera alguna dificultad.

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