Un estudio recientemente realizado por Laborum, uno de los portales más reconocidos para buscar trabajo, reveló que un 72% de los chilenos rechaza el monitoreo de sus redes sociales por parte de sus empleadores.

De todos modos, un 64% de quienes fueron encuestados confesó que controla lo que publica por temor a repercusiones laborales, mientras que un 41% admitió sufrir consecuencias negativas por perder su privacidad digital.

Entre ellas, las más mencionadas fueron quedar con una mala reputación laboral (44%), ser despedido (41%) y la disminución de oportunidades de ascenso (31%).

Respecto a la reacción de las empresas, el sondeo mostró que un 37% reportó sanciones severas como suspensiones o despidos, mientras que un 24% señaló que se pidió al trabajador eliminar el contenido cuestionado.

Por parte de Laborum, su director Diego Tala explicó que “este contraste es clave: los talentos no quieren ser vigilados, pero igualmente limitan su libertad de expresión por miedo a sanciones. Esto demuestra la necesidad de avanzar hacia un marco regulatorio que brinde certeza a ambas partes”.

Asimismo, una investigación llevada a cabo por la empresa de recursos humanos Randstad, dio a conocer que solo una de cuatro personas en Chile tiene a sus jefes como contacto.

Siguiendo en esa misma línea, un 50% de los encuestados dijo que no aceptaría una solicitud de amistad de su jefe. Otro 25% sí lo hizo, pero reconoció que preferiría no haberlo hecho. Solo el 25% restante aseguró no tener problemas con las figuras de autoridad en sus redes personales.

“Hoy el ámbito laboral es también un espacio donde se generan vínculos sociales que, de acuerdo con los tiempos que corren y al estilo de comunicación digital que impera en nuestra sociedad, traspasan el mundo real y se instalan con naturalidad en el universo de las redes sociales”, dijo la CEO de la compañía, Andrea Ávila.