En tiempos donde los viejos valores se van despidiendo, Gene Simmons fue un adelantado que encastraría perfecto en los nuevos ideales: “Yo vivo para ganar más dinero. Los que dicen que el dinero es la raíz de todos los males son unos imbéciles, la falta de dinero es la raíz de todos los males”, supo decir Gene Simmons. Era una respuesta de un hombre que tocaba rock and roll, pero se encontraba en las antípodas de sus valores.
Sin entrar en esas cuestiones, su Kiss partió aguas allá en los 70s cuando entró al ámbito. Aquellas bandas representaban todo lo contrario, aun se empapaban de los ideales hippies del colectivismo y Gene pareció ser un libertario en un pozo lleno de sapos muy distintos. El rock glam se fue comiendo aquellos ideales de intelectualidad y lucha y así sería hasta la irrupción de Guns N Roses en los 90s, que devolverían toda la urgencia cotidiana de un “appetittazo”.

Gene pareció explicarle a la BBC que lo motiva más el dinero que la música y no ocultó su fortuna: 300 millones de dólares. Toda esa sed de dinero (y poder) tiene su raíz en la infancia en Haifa, Israel: Chaim Witz fue el hijo de una adolescente húngara muy humilde llamada Flora Klein que vivió el peor de los infiernos cuando fue llevada junto a su madre a Ravensbruck, el horroroso campo de concentración nazi.

La abuela de Flora fue asesinada en una cámara de gas. Pero Flora pudo viajar a Israel tras la guerra, donde tuvo una corta relación con un carpintero pobre llamado Jechiel Witzque dio como fruto a Chaim. Jechiel los abandonó a los 6 años del niño y allí mismo comenzó la vida laboral de Gene que tal vez dio fruto a la visión ultracapitalista del mundo: todo depende de tí. A la hora de jugar y comenzar a leer, Gene ya trabajaba.

Simmons guarda reverencia por su madre: “Me decía que nunca tuviera miedo al fracaso, ‘¿Qué es lo peor que puede pasar?’ Sacudirte el polvo e intentarlo otra vez. Así que nunca tuve miedo…”.

El hombre siempre la recuerda y amplia conceptos: “Ella fue la mayor inspiración de mi vida. Vivió hasta los 93 años. Y nunca me sentí con derecho a romperle el corazón fumando, bebiendo, drogándome o poniéndome en riesgo de ir a la cárcel”. Su adicción, entonces, pasó por otro lado. Ejem.

Gene tuvo casi 5000 amantes. 4800 para ser más exactos, dice el mito. La mayoría grouppies de aquella época y conejitas de las revistas de la época. Pero entre tantas mujeres pasajeras, un par se destacaron: Cher y Dianna Ross. El bajista tenía una colección de fotos de sus amantes desnudas cuando se enamoró de Shannon Tweed, playmate del mes de noviembre de 1981, una enorme rubia de 1,78.

“Sólo cuando conocí a mi mujer empecé a replantearme quién soy y por qué hago lo que hago con las mujeres, como herir sus sentimientos. Supongo que al ser hijo único y ver cómo mi padre nos abandonaba, pensé que no debía responder ante nadie. No me casé hasta los 62 años. Era un imbécil y un egocéntrico hasta que Shannon me enderezó… Yo era arrogante, pero decidí madurar y casarme. ¡Y seguiré casado con ella hasta que me muera!”, explicó Gene años después.

Ya en años cercanos comenzaron a caer sobre él denuncias de acoso. Luego los hijos y los realitys. Gene ya estaba radicalizado en sus pensamientos y negocios: “Al rock lo mataron los fans que comenzaron a bajar música gratis”. Después de tanta música lígera y rock-circus, la ideología tenía un lugar fuerte en su vida: ““El capitalismo es bueno, crea empleos para la gente. El comunismo, en cambio, no crea nada”. Ya habían pasado décadas de Stalin, de los campos nazis, de Lennon y de los últimos discos con música nueva exitosa de Kiss. Pero la banda seguía girando de estadio en estadio… y Gene, como diría Shakira, facturando..