• Pablo Carrasco, ex guía de Running
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Aunque ya me habían dado el dato, vitrineando en librerías de Santiago encontré el libro “Correr con los keniatas”, donde el autor, periodista y aficionado maratonista norteamericano Adharanand Finn, describe una aventura en la que viaja con su mujer y sus dos hijas a Kenia, cuna del atletismo de elite

¿La idea? La única y gran misión y esperanza oculta (o no tan oculta) de poder descubrir qué era aquello que hacía de los keniatas los más rápidos del mundo.

Foto: Internet

Geoffrey Mutai.

Durante su experiencia en dicho país descubrió que no es que fueran más o menos resistentes… Simplemente eran rápidos. Muy rápidos. Y según ha explicado en múltiples textos y charlas, la principal razón es que en ese país, sacudido por la pobreza, sólo hay atletas.

Por eso no extrañó, por ejemplo, que en el último maratón de Nueva York, realizado el pasado domingo 3 de noviembre, Geoffrey Mutai ganara su segundo título consecutivo en la Gran Manzana y entre las mujeres, la también keniata Priscah Jeptoo se quedara con el triunfo, protagonizando una dura lucha con la etíope Buzunesh Deba.

En su estadía, el autor se instaló en la pequeña ciudad de Iten, en Kenia, tierra natal de cientos de los mejores atletas del país y, sin dudas, capital mundial del atletismo.

Una vez instalado allí, alejado de toda civilización y comodidades, se calzó las zapatillas y se puso a correr por pistas de tierra junto a verdaderos campeones o futuros campeones olímpicos, en su mayoría jóvenes y colegiales, pero con algo en común: todos corrían descalzos.

Incluso, comió lo mismo que ellos, durmió en sus campamentos de entrenamiento y se despertó a las cinco de la mañana para salir a correr por las mismas cuestas que ellos.

Todo este esfuerzo tenía una misión especial para Finn: desafiar su primer maratón en las mismas tierras donde nacen nuestros ídolos. Y no era una carrera fácil, sino más bien épica: en pleno territorio de leones y una llanura indomable.

Más allá de los datos que hacen historia y son materia de comentarios entre los amantes del running, los invito a leer este libro y tratar de comprender por qué la hegemonía de los keniatas tiene para rato en el circuito mundial.