Era el clamor popular. Bueno, de una parte del clamor popular. El caso es que después de tweets, de declaraciones cruzadas y de arrepentimientos Jorge Valdivia retorna a la Selección Nacional de cara a los amistosos ante Venezuela y Uruguay.

¿Qué implica esto? En lo deportivo, es la inclusión de un talentoso –hay que reconocerlo- en la siempre complicada ubicación de la creación y el enlace. El Mago con sus pases al vacío sorprende a sus rivales. No en vano en el fútbol brasileño, donde abundan los talentosos número 10, el ex colocolino se ha ganado su lugar. Con numeritos extras fuera de la cancha, pero también lo ha hecho por su desempeño en el campo.

Bueno, es verdad que este es el tercer retorno de Valdivia a la Roja –tras los escándalos del Puertordazo y el Bautizazo-. Es casi una relación amor-odio, pero es necesario. El centrocampista calza perfecto en el esquema 3-4-1-2 que pretende establecer el DT Jorge Sampaoli en la próxima Copa América. Además, Alexis Sánchez y Eduardo Vargas saben buscar sus habilitaciones, lo que supone un hándicap para nuestro representativo.

Ahora bien, las otras alternativas para el puesto son Matías Fernández –más amigo de trasladar el balón que enviar el pelotazo- y David Pizarro –acostumbrado a iniciar el juego desde mitad de cancha-. ¿Y tras ellos, quién? ¿Bryan Rabello podría ser? Es un tema a considerar porque urge una renovación porque no se puede exprimir hasta el último a esta generación que ya ha jugado dos Mundiales, sin tener una cuenta de ahorro en caso de emergencias. Aspecto que Sampaoli debe tener en consideración.

Sin embargo, este retorno de Valdivia también denota que el estratego aún seguirá probando fórmulas de cara a la Copa América. Porque ya no le resultó el alinear sólo un delantero, tal como lo hizo en el amistoso ante México, en septiembre. Tampoco le está destacando la propuesta del 9 Mentiroso, porque Alexis Sánchez, el llamado a encarnar ese puesto, se desgasta demasiado en retroceder, recuperar, levantar la cabeza y habilitar. Tampoco Arturo Vidal, porque seamos sinceros aún no recupera totalmente su nivel superlativo que exhibía hasta antes de la operación en la rodilla antes del Mundial.

¿No será qué el casildense perdió un tanto la claridad tras la cita en Brasil? Esperemos que no.

Lo único que está claro es que los tocayos deben tener su conversación aparte antes de iniciar las prácticas en Pinto Durán, el próximo lunes 10 de noviembre. Aclarar desacuerdos y establecer perspectivas. Pero que con Valdivia el abanico se abre y libera, en una primera instancia, a Sánchez de las labores en el mediocampo para dedicarse exclusivamente a lo suyo, a ser delantero, eso no deja duda. Habrá que ver qué sucede ante los venezolanos y uruguayos.

PD: Y de la potencial nacionalización de Mauro Zárate nunca más se supo…