En un deslucido partido, la Selección Chilena fue ampliamente superada por Ecuador cayendo por 3 goles a 1. Si bien en un principio la “roja” sorpresivamente se vio en ventaja gracias a un autogol, el defensivo planteamiento de Claudio Borghi hizo que los locales, con un error de Matías Fernández en la salida, un penal cometido por Pablo Contreras y la constante supremacía aérea dieran vuelta el marcador.

La poca reacción desde la banca hizo caer al equipo en un mar de dudas e improvisaciones haciendo imposible conseguir, aunque sea, un punto en la altura de Quito.

Las graves falencias que se vieron en la última línea permitieron que la figura de Arturo Vidal destacara enormemente, reflejando aún más, el error cometido por el “Bichi” ante Colombia, luego de utilizar al volante de la Juventus como defensor.

Foto:Agencias

El rostro de los jugadores lo dice todo tras la derrota.

Atrás en la carrera

De esta forma, la Selección Chilena pierde carrera en su lucha por llegar al Mundial de Brasil 2014 y le da más fuerza a aquellos que piden el fin anticipado de la era Borghi.

Ahora y con 3 jugadores menos: Osvaldo González, por acumulación de tarjetas amarillas y Pablo Contreras expulsado junto a Arturo Vidal, se viene la poderosa Selección de Argentina, la que será a todas luces la última oportunidad de la “roja” para reencontrar el rumbo y para que el estratega reencante a los hinchas.

Messi quiere poner la lápida

Si esto se tratara de causa y efecto, en este minuto el fútbol de Argentina debería aplastar al débil planteamiento mostrado por Chile, más aún cuando en el horizonte se asoma la figura de Lionel Messi.

La máxima estrella del Barcelona ha mejorado enormemente su desempeño con la albiceleste y es el rival a detener el próximo martes a las 21:05 en el Estadio Nacional.

Justamente este es el principal problema que tendrá Claudio Borghi al formar su once ideal. La ausencia de Arturo Vidal podría ser un factor preponderante, y quizás la lápida para su continuidad en la selección. En resumen, el técnico tiene la soga al cuello y sólo un triunfo, el que le daría un segundo aire, lo podría salvar del enjuiciamiento público. ¿Caerá la guillotina sobre Borghi?