Se dirá que fueron los nervios del debut. Puede ser así. Lo importante es que se tienen los tres primeros puntos. Pero a pesar del 2-0 que Chile anotó sobre Ecuador, en el comienzo de la Copa América, dejó algunos agravantes que ante un rival de mayor peso específico pueden ser fatales.

Repasemos lo sucedido el jueves en el Estadio Nacional. Salvo esos tres primeros minutos en que el binomio Jorge Valdivia-Alexis Sánchez creó dos ocasiones de anotación más un par de incursiones de Mauricio Isla por su banda, lo de Chile en el lapso inicial fue perdiendo voltaje con el transcurrir de los minutos.

Nuevamente -¿Cuántas veces lo hemos expuesto en esta tribuna? ¡Ya somos majaderos en el tema!- Sánchez como único hombre en la ofensiva neta se perdió. Para peor, Valdivia, jugando en su posición habitual de “10” fue bajando su aporte mientras avanzaba el cotejo. Descontando ya lo dicho de Isla, no hubo mucho aporte por las bandas.

Las deudas de Chile

Pero lo que más se notó fue que este Chile no es el que estábamos acostumbrados hasta el año pasado, en el sentido de intensidad, traslado rápido del balón y profundidad. Faltó explosión, faltó sorpresa en el último cuarto de la cancha. Ahora se hace lo contrario, con aquello de la tenencia de la pelota se abusa del toque corto para acceder al área rival.

Ecuador se encargó, en gran parte, de lo que mostró Chile. Con sus dos líneas de cuatro muy bien ordenadas, esperando y dejando que sus externos se descolgaran apenas tuvieran la posibilidad, avisó que no estaba para ser comparsa. Fue su volante por la izquierda Jefferson Montero el principal agente ofensivo con un par de incursiones que llamaron a alerta.

Bajo este panorama, en el segundo tiempo el ingreso de Eduardo Vargas fue la intención de aumentar el volumen ofensivo neto, cambiando el esquema a 4-2-2-2. Pero todo quedaba en intenciones, porque sólo Sánchez se veía en el sector rival con arrestos personales. Por ahí Edú la tuvo pero su remate fue contenido por el larguirucho Alexander Domínguez. Para complicar más el panorama, los ecuatorianos se adelantaron y, sobre todo por su sector izquierdo, llevaron asomos de ataques.

A grandes rasgos, se mantenía la tónica del pleito. Vale decir, un Chile sin sorpresa, sin explosión y muy efectista y poco efectivo con sus toques de balón. Hasta que llegó el penal.

La concreción del penal con Arturo Vidal soltó las tensiones, facilitó el trámite de los locales… y derivó en los cambios de ritmo de los del Guayas, que aceleraron su tránsito por la cancha –y tuvieron también su versión del Palo de Pinilla con el cabezazo de Enner Valencia que dio en el horizontal-. Pero cuando intentaron los amarillos, Claudio Bravo respondió.

Fue Alexis Sánchez quien terminó por firmar el triunfo con su nueva habilitación a Eduardo Vargas para que el oriundo de Renca concretara con su remate de primera -¿Habrá entendido Sampaoli que esta dupla no se puede separar, qué siempre se las arreglan para anotar?-.

A fin de cuentas, lo mejor de este partido, por sobre todas las cosas, fue el resultado. Pero queda tarea para resolver en los próximos dos partidos ante México y Bolivia donde, se supone, no existirá por parte de nuestro representativo la ya mencionada tensión por el debut.

CHILE 2-0 ECUADOR

CHILE (3-4-2-1): Claudio Bravo; Gary Medel, Gonzalo Jara, Eugenio Mena; Mauricio Isla, Charles Aránguiz (83’ David Pizarro), Marcelo Díaz, Jean Beasejour (46’ Eduardo Vargas); Jorge Valdivia (67’ Matías Fernández), Arturo Vidal; Alexis Sánchez. DT: Jorge Sampaoli

ECUADOR (4-4-2): Alexander Domínguez; Juan Carlos Paredes, Gabriel Achilier, Frickson Erazo, Walter Ayoví; Fidel Martínez (79’ Alex Ibarra), Cristián Noboa, Osbaldo Lastra (68’ Pedro Quiñones), Jefferson Montero; Miller Bolaños y Enner Valencia. DT: Gustavo Quinteros

Goles: 1-0, 66’ Arturo Vidal (Chi), de penal; 2-0, 83’ Eduardo Vargas (Chi)

Árbitro: Néstor Pitana (Argentina)

Expulsado: +92’ Matías Fernández (Chi)

Público: 46 mil personas, aproximadamente

Estadio: Nacional de Santiago