Tras un primer tiempo que se resolvió con un corner, en el segundo lapso Chile naufragó a ratos en Barranquilla.

Ya es hora de sacarse la venda de los ojos, de despertar de una vez. Aunque matemáticamente hay una opción aún viva de aspirar al Repechaje -¡Al Repechaje! En menos de una década se pasó de ser bicampeón de América a tratar de agarrarse al Repechaje. Qué deprimente-, en lo concreto hay cero posibilidad de clasificar al Mundial de México-Estados Unidos-Canadá 2026. El autor de esta crónica se hace responsable de aquello, tras la caída 4-0 ante Colombia en Barranquilla.

Las razones son simples: esta Selección Chilena no tiene categoría, no tiene ambición, no tiene sangre, no tiene motivación. Lo peor, es que se deja pasar por encima del rival de turno. De ahí que el ser colista en la actual Eliminatoria es la confirmación de aquello. No hay jugadores de calidad como para liderar este ya tortuoso proceso premundialista.

También tiene gran responsabilidad el cuerpo técnico encabezado por Ricardo Gareca, quien después del auspicioso inicio de su estadía en Pinto Durán con los amistosos de marzo pasado, extravió la brújula. O, simplemente, nunca la tuvo.

Y el señor presidente de la ANFP, Pablo Milad, con Fernando Felicevich cuán cardenal Richelieu gobernando -y perjudicando con el resto de los representantes- en las sombras al fútbol chileno, también es culpable de todo este desaguisado. De esta verdadera vergüenza.

Aguante. El elenco local apeló a las transiciones por las bandas, cambiando los ritmos ante una Roja que apostó, cada vez que tenía la posesión, a ralentizar el juego para intentar bajarle las revoluciones a los cafeteros. Además, Erick Pulgar tomaba a James Rodríguez para cortar los circuitos con su frente ofensivo.

En simples palabras, Chile entró a aguantar a los colombianos, reventando la pelota cuando llegaba cerca del límite del área para que, a ver si en una de ésas, uno de esos pelotazos le llegaba a Eduardo Vargas.

Turboman. Mención aparte para Eduardo Vargas. En los partidos anteriores se le observaba que aparecía tarde, mal o nunca. Esta vez en Barranquilla asumió, en propiedad el liderato del equipo. Gritó, buscó e incluso se desdobló para cubrir en defensa, sobre todo en aquella jugada en que John Córdoba se perfilaba solo (26’) y Turboman se vistió de Elías Figueroa para cortar esa intentona cafetera sacándolo de su centro. El único sobreviviente de la Generación Dorada trasuntó el espíritu que debía mostrar este equipo, el del sacrificio. Lo malo es que no lo logró contagiar a sus compañeros.

Flanco diestro. Este fue el sector de la defensa chilena por donde los colombianos se inclinaron, sobre todo por la búsqueda de James Rodríguez con sus pases en profundidad o el trazo largo para el pique de Luis Díaz. De ahí que Guillermo Maripán tuvo que extremar recursos en ayuda de Felipe Loyola para limpiar el sector. Lamentablemente, una desatención del propio central en la marca sobre Davinson Sánchez en un corner permitió la apertura de la cuenta.

Ante un equipo chileno sin espíritu, sin garra, Colombia celebró en su casa con tres goles.

Sin gracia. Lo peor de todo es que este equipo chileno es muy timorato, sin gracia, a ratos aburrido, sin sangre. Savo las ganas de Eduardo Vargas, en el primer tiempo no hubo NINGUNA OPCIÓN OFENSIVA. Los llamados carrileros, Darío Osorio y Víctor Dávila ni picaron hasta el último sector. Y los errores defensivos, ni hablar. Lo hecho por Benjamín Kuscevic (52’) en que literalmente habilitó a Luis Díaz en vez de romperla es imperdonable. ¡¡ESTE EQUIPO CHILENO NO TIENE GRACIA DE NADA!! Así, aunque venga como técnico Jürgen Klopp o Pep Guardiola el tema no se arreglará. Simplemente, este equipo chileno no tiene categoría. ¿No salva a nadie? Usted amigo lector lo pensó, nosotros también.

Lo que se viene. Quedan ocho partidos en esta tortuosa Eliminatoria para Chile. Como local ante Venezuela -que llegará a Santiago envalentonada-, Ecuador -que ya ganó en estos lares en la Eliminatoria pasada-, Argentina -con los reservas de los reservas igual nos ganan- y Uruguay -por definición, un partido bravo-. Y como visitante con Perú -ya le están sacando filo al servicio-, Paraguay -con el espíritu machetero reseteado-, Bolivia -en el estadio El Alto se complica todo- y Brasil -olvídese que se saldrá vivo-. ¿Sugerencia? Vaya cotizando un buen televisor LED para que vea con la mejor definición el desarrollo del Mundial en Norteamérica con 48 países… menos Chile.

Post data. ¿Alguien echó de menos a Carlos Palacios?

COLOMBIA 4-0 CHILE

COLOMBIA (4-3-1-2): Camilo Vargas; Santiago Arias, Davinson Sánchez, Jhon Lucumí, Johan Mojica; Richard Ríos, Jefferson Lerma, Jhon Arias (78’ Jorge Carrascal); James Rodríguez; Jhon Córdoba (46’ John Jáder Durán) y Luis Díaz (76’ Luis Sinisterra). DT: Néstor Lorenzo
CHILE (4-2-3-1): Brayan Cortés; Felipe Loyola, Guillermo Maripán, Benjamín Kuscevic, Thomas Galdames (46’ Marcelo Morales); Rodrigo Echevarría (60’ Maximiliano Guerrero), Erick Pulgar (83’ Ulises Ortigoza); Darío Osorio, Diego Valdés (60’ Lucas Cepeda), Víctor Dávila; Eduardo Vargas (60’ Gonzalo Tapia). DT: Ricardo Gareca

Goles: 1-0, 34’ Davinson Sánchez (Col); 2-0, 52’ Luis Díaz (Col); 3-0, 82’ John Jáder Durán (Col); 4-0, +92″ Luis Sinisterra (Col)

Árbitro: Jesús Valenzuela (Venezuela)

Estadio: Metropolitano Roberto Meléndez de Barranquilla