• Carolina Urzúa, ex Guía de Series de TV
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1 Ves varias series al mismo tiempo, porque una sola no es suficiente, y en simultáneo con su país de origen porque no soportas la espera.

2 Las mejores frases de tus series favoritas han pasado a formar parte de tu vocabulario habitual.

3 Te has levantado del sofá para aplaudir un capítulo, le has gritado a la TV cuando pasa algo que no te gusta o has llorado con la muerte de alguno de tus personajes favoritos.

4 Que tu pareja vea antes que tú un capítulo de la serie con la que estás enviciado cuenta como infidelidad.

5 Consideras los spoiler sin advertencia como verdaderas puñaladas por la espalda.

6 Mides el año en temporadas.

7 Reaccionas así cuando alguien critica una serie que te gusta o te dice que “ver series es una pérdida de tiempo”.

8 Las series son tu principal tema de conversación y, una vez que empiezas a hablar de ellas, es casi imposible detenerte.

9 Sabes lo que es el vacío existencial tras el fin de una serie. Por eso ahora, cuando enteras que una de tus favoritas va a terminar, buscas sustitutas.

10 Hablas de los personajes como si se tratara de personas reales.

11 Respiras tranquilo y celebras cuando renuevan una de tus series favoritas…

12 … y maldices al mundo cuando la cancelan.

13 No te pierdes maratón alguno de tus series favoritas y has visto tantas veces los mismos episodios que te sabes los diálogos de memoria.

14 Te mata cuando alguien descubre que te falta ver una serie de culto, pero sabes que algún día la verás para poder decir: ¡Lo hice!

15 Siempre negarás que tu adicción a las series ha disminuido tu vida social y reducido al mínimo tus horas de sueño.