En este canal hemos hablado de diversos artistas quienes, tras padecer de niños, lograron salir adelante y consagrarse en la industria. No es para nada azaroso porque, en infinidad de ocasiones, ese sufrimiento luego se traduce en energía positiva.

Pero hay sufrimientos y sufrimientos. Drew Barrymore se codeó con graves problemas de muy pequeña: cuando tenía tan solo 13 años, su vida pareció descarrilarse y fue internada en un psiquiátrico por su propia madre. Allí permaneció por espacio de 18 meses, y la propia actriz reconoció esto al decir que “estaba fuera de control”.

Drew Barrymore, de ser ingresada a un psiquiátrico con 13 años a presentar su propio programa / www.harpersbazaar.com

No solo eso: la misma persona que luego la ingresó por problemas mentales, previamente hizo que la acompañara a un club nocturno. Drew tenía 8 años. “Yo tenía madre, pero parecía mi mejor amiga. Me preguntaba ‘¿quieres ir a la escuela a que te acosen o prefieres venir conmigo a Studio 54?”, confesó con Norman MacDonald.

¿Su padre? Luchó contra las adicciones y, al igual que su hija, debió someterse a rehabilitación. Además, como para agregar dramatismo a la escena, intentó suicidarse.

Una situación compleja, quizá privilegiada por un hecho sorprendente: la actriz apareció en pantalla con ¡11 meses! y a sus 7 años ya protagonizó una cinta muy recordada: obtuvo el papel de Gertie en “E.T.”, estrenada el 11 de junio de 1982. 

Si hay que saber administrar la fama, porque puede generar inestabilidad emocional, la edad en la que Barrymore debutó en el cine no parece sencilla para nadie. No lo fue para ella, quien de todas formas aprendió la lección con creces. 40 años después de esa película, disfruta de un éxito que incluye a su propio programa de entrevistas.

Siguiendo con las confesiones, la celebridad nacida en Culver City aceptó que, haberse convertido en una personalidad famosa de tan chica, “es una receta para el desastre”. Según Barrymore, esto significó entrar en la “crisis de la mediana edad”.

El momento del “clic”, cuando entendió que debía cambiar, fue a sus 17. Así fue cómo llegaron los éxitos sin pausa, formando parte de las películas “Por Siempre Cenicienta”, “Jamás Besada”, “Como Si Fuera La Primera Vez” y “Los Ángeles de Charlie”.

A nivel persona, se casó y se divorció, pero ya en una etapa -comparada con su terrible infancia- de mucha mayor normalidad. El último de ellos con William Kopelman (2012-2016), con quien tuvo a sus hijos Olive (9 años) y Frankie (7).

Volviendo a su carrera, la actriz que recientemente cumplió 47 años protagonizó tan solo una serie de TV (Santa Clarita Diet), más allá de las cintas para televisión “Babes in Toyland” y “Grey Gardens. Aunque, hablando de la pantalla chica, la popularidad que supo construir la hizo llegar a conducir “The Drew Barrymore Show” por la señal CBS.

El ciclo, para variar en la actualidad de Drew, logró buenos resultados. La intérprete le imprimió su propio estilo, empezando con invitados como Adam Sandler y Cameron Diaz. Como consecuencia, fue renovado a una segunda temporada.

El propio presidente de CBS Media Ventures, Steve LoCascio, llenó de elogios al ciclo y a la ahora presentadora, diciendo a The Hollywood Reporter que “el programa realmente encarna el espíritu de Drew, y estamos encantados de continuar brindando a nuestras estaciones y televidentes otra temporada de alta calidad”.

Tan buena recepción tuvo su rol, que su nombre estuvo entre las potenciales sucesoras de Ellen DeGeneres. Aunque fue Kelly Clarkson la mujer confirmada para aquello, Drew Barrymore puede crear su propia historia. De hecho, lo está haciendo.