En septiembre de 2021, un escándalo sacudió a la política nacional: una investigación descubrió que el constituyente Rodrigo Rojas Vade había mentido en sus declaraciones, en las que aseguraba estar enfermo de cáncer. Además, había ganado notoriedad como líder de las protestas sociales, que tuvieron lugar en octubre de 2019.

Parece increible, pero su caso se asemeja al de la guionista de “Grey’s Anatomy” Elisabeth Finch, quien también inventó padecer de condrosarcoma, cáncer que afecta a los huesos. Y el final también es muy similar, con un trabajo que acabó por desenmascarar sus mentiras. De todas formas, en su momento le creyeron.

Elisabeth Finch, la guionista que mintió descaradamente, inicialmente le creyeron y debió renunciar en medio de un escándalo / www.infobae.com

Su historia conmovió a la mismísima Shonda Rhimes, quien la contrató para participar del drama médico. Para colmo, no solo fingió con algo tan delicado como lo es una enfermedad: entre otros relatos que parecieron sacados precisamente de un guion, dijo haber sido abusada por su hermano y haber transcurrido por un aborto.

Para febrero de 2014, Finch detalló el curso de su enfermedad, ayudada involuntariamente por su madre, quien había pasado por lo mismo. Con esa información fue que relató sus padecimientos, colocando un pañuelo en su cabeza como señal de la calvicie, uno de los efectos más conocidos por la quimioterapia.

Ante semejante dolor, fue tratada como una heroína, convirtiéndose en un ejemplo más de superación y de resiliencia. Sus mentiras formaban parte de su vida y nadie sospechó de sus versiones (a excepción de su pareja, la enfermera Jennifer Beyer).

Otro dato que sorprende es que la mujer se hizo cargo de ocho episodios de la 15° temporada. Los mismos estaban basados en Catherine Avery, quien también se le diagnostica de cáncer. Una postura, en la producción del programa, es que se les suele dar prioridad a las personas que sufren lo mismo que los personajes en la ficción.

De todas formas, también suele decirse que “las mentiras tienen patas cortas”. Es cierto que, en el caso de Finch, tuvieron una longitud mayor, porque logró mantenerse como escritora por espacio de ocho temporadas. Al final, sus inventos fueron destapados y ella misma entregó algunas señales que levantaron las suspicacias.

En primer lugar, asistía para tratarse a la clínica Mayo… pero pedía que nadie la acompañara. Por otro lado, Beyer la interrogó por no ver cicatrices en su cuerpo, además de descubrir que -para variar- le mintió con la medicación que debía tomar.

Al escuchar el nombre de una de las drogas, la enfermera notó que la misma era demasiado tóxica para personas con un solo riñón (sí, también inventó que fue trasplantada de un riñón). Así fue atando cabos, hasta que decidió escribirle a Rhimes.

Beyer le advirtió que todo lo relatado por Elisabeth era mentira, y el trabajo de Disney (produce la serie a través de ABC) y la periodista Eugenia Peretz (encabezó la investigación del caso para Vanity Fair) hicieron que la guionista deba confesar sus mentiras y, lógica mediante, renuncie en medio de un escándalo absoluto.