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Hablar de ella y hablar de éxito es redundante. Es hablar de una actriz consagrada con “tan solo” 30 años. Cuando era una niña, a los 7, ya sabía que su futuro estaría íntimamente relacionado con la actuación.

Kaley Cuoco consiguió una cantidad asombrosa de papeles tanto en cine como en televisión, aunque es recordada, en general, por interpretar a la sociable Penny, en “The Big Bang Theory”, desde 2007.

Además de talentosa, representa fielmente a la “belleza americana”, aunque, como señala el medio inglés Daily Star, para lograrlo debió pasar por “boxes” o, mejor dicho, por el quirófano. ¿Avergonzada? Todo lo contrario.

Cuoco siente orgullo por las cirugías plásticas a las que se sometió, y así lo reflejó en un reportaje con la revista “Women’s Health”, donde aseguró que “hace unos años me hice la nariz y luego el busto”, calificando esto último como “lo mejor que hice”.

La confesión hasta parece lógica: difícil creer que alguien pueda acceder a modificar su cuerpo sin estar convencida. De todas formas, al hablar de la importancia del aspecto interno y el externo, casi que hizo apología de las cirugías plásticas.

“Por más que quieras amar a tu ser interior… lo siento, pero también quieres lucir bien. De ninguna manera creo que tengas que operarte para complacer a un hombre o a cualquier otra persona, pero si es algo que te hace sentir bien y más confiada de vos misma, me parece genial”.

En otro tramo de la entrevista, la famosa actriz reveló que, para mantenerse en forma, lleva adelante una dieta alimenticia, así como también una rutina de ejercicios. Según la publicación, ese trabajo físico fue el que la ayudó a recuperarse de la separación -no en los mejores términos- de su marido, el tenista Ryan Sweeting.