No, no es Lionel Messi. Pero el anuncio del final de su reality, generó -dentro del mundillo del entretenimiento-, un ruido similar al producido por el burofax con el que el jugador dijo que se quería ir del Barcelona. Aun cuando, luego, dio marcha atrás.

Gustos y opiniones al margen, parece inevitable tener que hablar de la relevancia y la popularidad del clan Kardashian en la cultura estadounidense, manteniendo el show protagonizado por la familia a lo largo de 14 años y 20 temporadas.

Se terminó: Kim Kardashian aunció el final de “Keeping Up With The Kardashians” / www.infobae.com

En ese sentido, el programa registró las polémicas y escándalos, haciendo que prácticamente no exista límite alguno entre la televisión y la vida fuera del set.

Ese tipo de situaciones le dio al espectáculo un mayor rating. No inventaremos nada… pero sí, los Kardashian explotaron los bochornos para obtener rédito económico.

El posteo de Kim en su cuenta de Instagram, en el que comunicó el cierre para el año que viene, no pasó para nada inadvertido: casi 200 millones de personas, el increíble número de seguidores que tiene allí, se enteraron de la decisión en forma directa.

Los motivos de la decisión

Habrá que imaginarse cuántos hechos polémicos pudieron ocurrir en 20 años. Pero el que terminó por llevar a la influencer y empresaria a tomar la determinación fue a su vez el más reciente, relacionado al conflicto con Kanye West.

El rapero se presentó como candidato a presidente de los Estados Unidos. Pero, preso de su enfermedad (sufre el trastorno de bipolaridad), atacó a su esposa con muy duras acusaciones. Esto minó la relación y enterró las aspiraciones presidenciales.

Los dichos de West afectaron de tal manera a Kim que, además, este será de los primeros escándalos que no tendrá lugar en pantalla. Parece que todo tiene un límite.

Otra situación difícil vivida por la celebridad fue el millonario robo sufrido en un hotel de París. Los ladrones la ataron y la apuntaron con una pistola. Esta vez, el episodio que data de 2016 – y todo su dramatismo- sí fue volcado al reality.

Finalmente, la cuestión de la audiencia aportó lo suyo para que Kardashian sienta que era el momento indicado para terminar. El show llegó a contar con peaks de rating de más de 10 millones de personas sentadas frente a la televisión. Pero las últimas mediciones entregaron un “pobre” desempeño, con 900 mil espectadores.