Camila Giorgi, junto a su padre Sergio / www.tycsports.com

Camila Giorgi dejó, tiempo atrás, de ser una ignota jugadora. Aunque sea por sus fotos en las redes, a esta altura son muy pocos los aficionados que la desconocen.

Lo mismo ocurrió con su padre hace algunos años: Sergio Giorgi brindó en 2015 una entrevista al periodista Ubaldo Scanagatta, donde sorprendió con sus declaraciones. El reportaje iba por los carriles normales, hasta que el hombre se refirió al doping.

“Por supuesto que el dopaje existe. El tenis está lleno de dopaje. Basta con ver los músculos o cómo corren los jugadores. No es normal”, comenzó señalando.

Aunque luego causó revuelo al decir que “un buen médico puede esconder cualquier análisis. Los controles, en mi opinión, son una ridiculez. La única solución es permitir el doping. La gente debe tener la libertad de tomar drogas si lo desea”.

De todas formas, cuando se le consultó sobre su hija, advirtió que “nunca permitiría que Camila lo hiciera porque el dopaje te destruye, y la vida no son solo las pistas y el tenis. Es importante sentirse bien”, finalizó el también entrenador.

El recuerdo de este episodio se da porque, en el Masters 1000 de Roma, Sergio Giorgi intervino en el partido que la tenista perdió ante la española Sara Sorribes.

La jueza de silla fue agredida por el coach durante todo el duelo, que se extendió por más de cuatro horas, por lo que se vio obligada a pedir ayuda: “¿Es posible que alguien venga? El padre de Giorgi está muy enfadado y me gustaría que hubiera alguien aquí”.

La umpire Lara Morgane se sintió desprotegida y solicitó asistencia a la seguridad del torneo. Hasta el momento, la WTA no se pronunció al respecto. De todas formas, se espera una sanción que puede llegar a la expulsión de los certámenes.