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El Ojo del Halcón bajo la lupa del tenis

En 2006 el tenis decidió introducir la tecnología para apoyar el cobro de los jueces de línea, y hoy en día sigue creciendo su uso en los torneos, aún cuando su utilidad también ha sido cuestionada en un choque que también se da en otros deportes.

La tecnología se ha ido incorporando poco a poco al mundo del deporte, y el tenis no ha sido la excepción. De hecho desde 2006 que el ‘deporte blanco’ utiliza el llamado Ojo del Halcón, un sistema que permite revisar los botes de las pelotas y así apoyar el trabajo de los jueces de línea.

Ojo de Halcón

Foto: pasiontenis.com

El ojo de halcón comenzó a ser utilizado el año 2006.

Aún cuando la ayuda de ese sistema ha sido un buen aporte para reducir el margen de error en los partidos de tenis, no son pocos los que critican su utilización, desde jugadores hasta especializados, algunos por estar en contra de la tecnología en estas actividades y otros que ponen en tela de juicio su infalibilidad.

Hace ya una década que en Hampshire, Inglaterra, el Dr. Paul Harris con David Sherry desarrollaron el llamado Ojo del Halcón, un intrincado diseño de utilización de cámaras con un procesador de datos pensado no solamente para el tenis sino para otros deportes como el cricket, rugby y también el billar.

La Federación Internacional de Tenis (ITF) decidió en 2005 hacer pruebas “en laboratorio” en Nueva York para verificar su utilidad y su estreno en grande se vio en Miami 2006, contando en principio con una alta aprobación y entusiasmo ante la novedad.

En términos simples, el Ojo del Halcón es un sistema que comprende al menos cuatro cámaras  de alta velocidad distribuidos por  las zonas claves de la cancha que siguen la trayectoria de la pelota, y luego un procesador mide esos datos con cálculos de triangulación.

La necesidad surgió justamente de los propios jugadores, y el momento bisagra fue en los cuartos de final del US Open 2004 entre Jennifer Capriati y Serena Williams, donde ésta última reclamó una serie de cobros de la jueza de silla Mariana Alves y la televisión le dio la razón, por lo que el debate se inclinó a favor de introducir tecnología.

Así tras su debut en Miami llegó ese mismo 2006 por primera vez a un Grand Slam en el US Open. Luego a fines de la temporada se introdujo el “challenge”, la posibilidad de los tenistas para desafiar un cobro y pedir el uso del Ojo del Halcón, lo cual en Grand Slams tuvo su estreno en el Abierto de Australia 2007, llegando también a Wimbledon esa temporada.

Debido a la existencia de distintos organismos en el tenis, el uso del Ojo del Halcón variaba de torneo a torneo hasta que en 2008 la ITF junto a la ATP, WTA y el consejo de Grand Slams decidieron unificar criterios, estableciendo que cada tenista tiene tres posibilidades de error por set al pedir un “challenge”, y uno más en caso de ir a tie-break. Además en los casos de sets largos, se irán renovando los tres challenges cada seis juegos.

Ojo de halcón

Foto: apurogol.com

Estas son las cámaras usadas por el ojo de halcón.

¿Por qué entonces hay detractores? Algunos consideran que se pierde la magia del factor humano, que tanto se busca cuidar en los deportes, y otros simplemente tienen numerosos ejemplos donde el sistema ha fallado creando más problemas que soluciones.

El gran problema fue la imagen de perfección que por mucho tiempo defendieron sus creadores, hasta que luego la ITF estableció que existía un margen de error de 5 milímetros, lo cual de todas formas no dejó muy conformes a los opositores, entre ellos nada menos que Roger Federer, quien alguna vez llegó a pedir durante un partido que se apagara la máquina, indignado por un cobro.

En esto, al menos por ahora, el tenis se ha mantenido firme. De hecho la ITF expandió su uso desde los cuartos de final en Copa Davis y semifinales en la Fed Cup, dando una señal de la que tecnología seguirá siendo un factor más del tenis del Siglo XXI.

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