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ITF: Sus orígenes, desarrollo y pérdida de influencia

Dos golpes a su desarrollo tuvo la Federación Internacional de Tenis durante su historia ante las guerras mundiales, pese a lo cual logró marcar importantes hitos en el deporte como la estandarización de las reglas y el reconocimiento a los cuatros torneos Grand Slams.

No hay lugar a dudas que Francia e Inglaterra tienen un lugar estelar en la historia del tenis. El primero de ellos, por ser los grandes impulsores de un deporte en siglos pasados, y los británicos al ser los principales promotores para masificar desde el siglo XIX en adelante la actividad.

ITF

Foto: AFP

Rafa Nadal sostiene la copa del último US Open, uno de los cuatro Grand Slams, los torneos más importantes de la temporada y responsables de mantener a flote a la ITF.

Sin embargo, otros dos protagonistas inesperados han marcado el desarrollo del deporte blanco: las dos Guerras Mundiales. Éstas han influido directamente en la historia de la primera institución organizada del tenis, la Federación Internacional, que en su primera etapa recibió el nombre de la Federación Internacional Lawn Tenis (ILTF por sus siglas en inglés), haciendo alusión al pasto como principal protagonista de este deporte.

En 1913 vio la luz esta institución, que se hizo necesaria ante el crecimiento del tenis alrededor del mundo, y con la iniciativa de los presidentes de las federaciones más importantes. Así, en París se llevó a cabo la reunión promovida por tres personajes que entraron en la historia: Mr. Duane Williams (quien luego moriría en el Titanic), Mr. Charles Barde (Suiza) y Mr. Henri Wallet (Francia).

Así quedó determinado que el idioma oficial del deporte sería el francés, explicación de muchas terminologías en ese idioma, y que su traducción sería al inglés, además de que la sede de la federación quedaría afincada en París, mientras que Londres tendría el derecho a acoger de por vida el llamado World Championships sobre pasto, actualmente Wimbledon.

Lamentablemente, poco se pudo ver en terreno de estos cambios, porque sólo 17 meses después de la conferencia estalló la Primera Guerra Mundial, cortando toda actividad alrededor del mundo por seis años, destrozando casi todo el avance que había derivado en los acuerdos de la capital gala.

Empezar de cero

Así, cuando se volvió a la normalidad en 1919, de los 13 miembros originales sólo quedaban 10, consecuencia de los castigos postguerra, por lo que se tuvo que partir de cero. Este trabajo silencioso de reestructuración tuvo su primer fruto en 1923 cuando se crea el libro de “Reglas del Tenis“, la primera estandarización del reglamento en el mundo.

En ese mismo año Estados Unidos se unió como miembro, y de esta forma nacieron los cuatro torneos grandes, teniendo categoría de Torneos Oficiales: Gran Bretaña, Francia, Estados Unidos y Australia, que hasta el día de hoy conforman los cuatro majors, o Grand Slams.

La segunda turbulencia llegó en el ’39, con el inicio de la Segunda Guerra Mundial, por lo que la sede fue trasladada a Londres, donde sigue hasta el día de hoy, y tras el conflicto se vivieron años de confusión, donde diversas naciones entraron y salieron -algunos expulsados- como miembros de la federación, producto de sus políticas de postguerra.

ITF

Foto: EFE

Esta es la “ensaladera de plata” que reciben los ganadores de la Copa Davis, uno de los torneos más emblemáticos que organiza la ITF.

Esto además impidió que se atendieran algunas de las urgencias que fueron naciendo en el deporte, especialmente por parte de los jugadores, que veían la imposibilidad de rentar con este juego y así explotó el tema en el ’68, donde finalmente la ILTF se abrió a escuchar las quejas y permitió que sus circuitos Grand Prix fueran abiertos.

El último gran cambio que la federación vivió fue en 1977, cuando le sacó la palabra Lawn a su nombre oficial, quedando entonces como Federación Internacional de Tenis, también reflejo de una realidad donde el resto de las superficies ya eran mayoría por sobre el pasto.

En la actualidad la ITF es dueña de los torneos Grand Slams, Copa Davis, y los certámenes ITF (Futuros en varones y Satélites en damas) siendo una sombra del espectacular negocio que ha armado la ATP, y se vienen desafíos importantes, sobre todo con la competencia tradicional por países, donde los jugadores ya se han quejado por su periodicidad y calendarización, y ya hay voces que incluso piden que el certamen pase a manos de la ATP. Un llamado de alerta para la federación que necesita una renovación para mantener su influencia.

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