Una carrera deportiva más que refleja enormes desequilibrios entre el ámbito profesional y la vida privada. Y van… podría citarse más de un ejemplo de tenistas que fueron grandes campeones, pero lejos de la raqueta fueron protagonistas de historias llenas de polémica.

Jennifer Capriati ganó el oro olímpico en Barcelona ’92 -venciendo en la final a Steffi Graf- y tres grand slams, además de ocupar el 1° puesto del ranking WTA en 2001 y de haber sido incorporada al Salón de la Fama del tenis en 2012. Su estilo de juego se caracterizó por la potencia de sus golpes. Golpes que, en teoría, no solo recibiría la pelotita amarilla.

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Los 13 años marcaron el ingreso de Jennifer al circuito, cuando aun era una niña pero ya padecía ciertos trastornos que la hacían sentir incómoda: “No estaba feliz conmigo misma, ni con mi tenis, ni con mi vida, ni con mis padres, ni con mis entrenadores ni con mis amigos. Cuando me miraba al espejo veía una imagen distorsionada: era tan fea y gorda”.

Por si quedaba alguna duda del grave cuadro de situación, aseguró al diario New York Times que “solo quería matarme, de verdad”.

La extenista fue denunciada en 2013 por su exnovio, Ivan Brannan, por presunta agresión física en un gimnasio, por más increíble que parezca, el 14 de febrero de ese año. El día de San Valentín, Capriati expresó todo su amor de una forma muy particular. Lo curioso del caso es que la relación estaba rota desde 2012, pero desde entonces, siempre según Brannan, la extenista comenzó a acosarlo.

Los abogados desestimaron la denuncia. Según los letrados, esta carecía de sentido, y para la propia protagonista del escándalo “ha ido demasiado lejos tratando de destruir nuestras vidas”.

En 1993, mucho antes de este episodio reciente en el tiempo, la estadounidense de ascendencia italiana fue arrestada por robar dos anillos de una joyería en la localidad de Tampa, del estado de Florida. Empleados del local explicarían que Capriati se probó algunas joyas pero “olvidó” devolver dos de ellas.

También fue detenida en 1994 por tenencia de marihuana, coincidiendo con un retiro temporal de la actividad. La policía que ingresó a la habitación del hotel donde se hospedaba la tenista encontró, además, heroína y crack perteneciente a conocidos suyos.

Talento y fuerza interior

Una verdadera montaña rusa emocional la de la tenista más joven de la historia en ingresar al top 10 del ranking, pero para quien en ese momento puntual, el deporte se encontraba en un lejano segundo plano.

Solo el talento y una fuerza interior envidiable explican el resurgimiento de una mujer que parecía más cerca de terminar internada en una clínica psiquiátrica que de desarrollar una carrera profesional.

Desde 1996, año de su vuelta, se vio lo mejor de su tenis. Los logros mencionados anteriormente la alejaron al menos por un tiempo de la tormentosa vida que llevaba casi a diario.

Capriati se retiró en forma definitiva en 2004, acechada por una serie de lesiones que la tuvieron a mal traer en su forma física desde la categoría de juveniles.