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La perturbadora historia de Julia Lemigova, la mujer de Martina Navratilova

La exmodelo rusa, casada con quien fuera una leyenda del tenis, atravesó varias situaciones trágicas que estuvieron signadas por la muerte; ¿cómo salió adelante?

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mujer de Martina Navratilova

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En septiembre de 2014, la vida de Julia Lemigova, quien fuera Miss URSS en 1990 -la última concursante para Miss Universo presentada por la Unión Soviética- cambió para siempre. La exmodelo y la extenista de origen checoslovaco, nacionalizada estadounidense, vivían un romance desde 2008. Recién seis años después dieron el paso hacia el altar. Y la forma en la que Navratilova le propuso matrimonio, arrodillándose ante ella, le fue imposible de rechazar.

“Hemos estado juntas durante seis años y no puedo imaginar mi vida sin ti. Por favor, cásate conmigo”, mientras se jugaba el US Open 2014, fueron las palabras mágicas del amor. Y al mismo tiempo, la clave para sobrevivir a un verdadero martirio. Un castigo del que se necesita mucho amor para salir.

Es que antes de la unión marital entre ambas, Lemigova sufrió situaciones familiares trágicas, duras, de esas que hunden en la más profunda depresión a cualquiera.

Previo a su romance con Navratilova, una auténtica leyenda del tenis con 18 grand slams en su haber, Lemigova había mantenido puramente relaciones heterosexuales.

La más resonante fue con Edouard Stern, un banquero francés, mujeriego, con quien en 1999 tuvo un hijo. Stern era el 38º hombre más rico de Francia… hasta que fue asesinado en 2005 por una prostituta llamada Cecile Brossard, mientras mantenían relaciones en el departamento del empresario, en la ciudad de Ginebra.

Maximilián, el bebé en cuestión, falleció a los cinco meses por causas que nunca pudieron determinarse. Primero se creyó que el deceso se dio por causas naturales, pero rápidamente surgió la versión de que una señora de origen búlgaro, contratada por Stern para cuidarlo, lo sacudió en forma violenta. Este movimiento brusco le provocó el “Síndrome del Bebé Sacudido” (SBS), un trauma cerebral por maltrato.

El caso fue cerrado en 2002, pero cuando Brossard alertó a la exmodelo sobre lo dudoso de las causas de la muerte de su hijo, pidió reabrirlo. Lo logró en 2010, aunque Mark Bonnan, el abogado que defendía los derechos de Stern, consideró que lo que Lemigova buscaba en realidad era dinero y popularidad.

La demandante, por su parte, negó de plano esta afirmación: “No tengo ninguna intención de promocionarme. Soy una mujer independiente, requerida profesionalmente y todo lo que quiero es averiguar la verdad”.

La disputa judicial y las investigaciones siguieron, pero no llegaron a ninguna conclusión. A Julia Lemigova, la relación con la extenista le salvó la vida. A los 42 años -Navratilova con 58- le llevó la paz, si bien no se pueden sustituir, que le había sacado la muerte de su hijo.

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