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La terrible historia de Gastón Gaudio en un avión: Al borde de la muerte

El extenista argentino narró cómo su vida corrió serio riesgo cuando aun era jugador.

Guía de: Tenis

“¡Qué mal la estoy pasando!”. La famosa frase de Gastón Gaudio, que reflejaba su estado emocional cuando el resultado de sus tiros no era el esperado, sorprendió en su momento al mundo del tenis. Fueron instantes desagradables que el argentino pasó en los courts, aunque transcurrieron solo dentro de la pista.

Volatilidad, altibajos, de un punto espectacular a otro para el olvido. Esa montaña rusa mental que le hacía en ocasiones perder la cabeza, no era nada comparada con el “vuelo de terror” al que se subió el “Gato”. Aun era jugador, y los aviones, casi su segunda casa.

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Ahora, alejado de las canchas desde hace 5 años, Gaudio divide sus trabajos entre los viajes y su participación en el programa “Perros de la Calle”, de Radio Metro, lugar elegido para narrar la historia, que a medida que la contaba, crecía en el nivel de angustia.

“Me pasaron situaciones feas, pero esta creo que no le pasó a nadie. Yendo a Australia hace muchos años, con Mariano Zabaleta (otro extenista argentino). Al principio el vuelo fue lo más tranquilo, como si estuvieses en tu cama, que no sentís nada. Terminamos de comer, pusimos una película… hasta ahí, el viaje más tranquilo que tuve en mi vida”.

10 segundos de terror

“De repente, el avión hace una bajada y dobla para un costado pero a una velocidad como si estuviese en una montaña rusa. La gente se dio la cabeza contra el lugar donde guardás las valijas”. En ese momento, otro integrante de programa le preguntó: “¿como si viniera de frente otro avión?”. Y el ganador de Roland Garros en 2004 respondió: “Exactamente, eso pasó. Eso habrá durado 10 segundos”.

La inevitable reacción de los pasajeros, con Gaudio entre ellos, fue la de un temor grande a perder la vida: “Ya está, nos morimos. No hay salida, no hay un mañana. Pasan 5 minutos. El capitán no hablaba. Nosotros, con el corazón a mil pulsaciones”.

“La gente lloraba, se preguntaba “¿qué pasó?””. Un rato más tarde, según el relato, “sale el capitán y dice: “señores pasajeros, disculpen por lo que ha sucedido. Lo que me acaba de pasar, no me pasó nunca desde que soy piloto”. El radar no funcionaba y estábamos en la misma ruta que un avión que venía de frente. Y estuvimos a 20 segundos de explotar”.

Gracias a la arriesgada maniobra del piloto -en el momento que Gaudio describió que el avión dobló en forma brusca hacia bajo y luego hacia un costado-, el tenista, dueño de un revés exquisito, casi pierde la vida. El guía de tenis lamenta las molestias ocasionadas a aquellos quienes tenían pensado viajar y, por esta anécdota, tendrán serias dudas sobre si subirse o no a la aeronave.

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