Pamela Jiles estuvo de invitada en el reciente capítulo de “Only Fama”, donde sostuvo una sincera conversación con los conductores José Antonio Neme y Fran García-Huidobro.

La diputada, además de abordar algunos aspectos de la actualidad política, recordó el difícil proceso que enfrentó junto a su pareja Pablo Maltés, al adoptar a sus dos hijos.

Según Jiles este esperado momento fue posible gracias al rol que tuvo el equipo de Primer Plano, con el que trabajaba en esa época.

“A mí me une con este equipo, con Carlos Valencia, con la Fran, con Julio César, con Sebastián Herrera, y con todo ese equipo que hacíamos Primer Plano en esa etapa, una cuestión que es lo más unidor que puede haber en el mundo, que es que gracias a ese equipo yo pude adoptar a mis niños”, confesó la parlamentaria.

La también periodista explicó que “una adopción en Chile es algo dificilísimo. Son años de tener que hacer trámites, de tener que hacer pruebas, luego a ti te dicen que puedes adoptar a un niño y tú tienes que ir a ver ese niño”, señaló.

Los niños que iba a adoptar la comunicadora estaban fuera de Santiago, por lo que tenía que viajar con frecuencia para verlos. “Además, uno queda demolida emocionalmente porque ese va a ser tu hijo, pero en potencial, y tú vas a verlo y tienes que dejar a ese hijo en el Sename”, continuó.

“Tienes que explicarle a tu hijo potencial por qué no te lo llevas y lo dejas en el Sename una y otra vez”, dijo.
La diputada recordó que iba a adoptar a un niño, pero se enteraron de que el pequeño tenía un hermano. “De pronto nos citan a la dirección del Sename y nos dicen que apareció un hermano de este hijo y que, por lo tanto, hay que echar atrás toda esta adopción porque existe un principio de inseparabilidad de los hermanos”, explicó.

Sin embargo, Pamela y su pareja tomaron la decisión de adoptar a ambos niños. “Y si son tres también, y si son cuatro, cinco y siete. Ya era nuestro hijo”, destacó. “Y así produjo, lo que es, sin duda, el hecho más importante de mi vida”, confesó la “Abuela”.

Los hijos de Jiles son preadolescentes. “No son niños que hayan sido adoptados siendo guaguas. Eran niños que ya tenían una vida en esa situación y, por lo tanto, tienen harto que enseñar”, reflexionó.

“Son niños dañados y no sacamos nada con hacer como que eso no existe”, aseguró la periodista para luego detallar que “yo me acuerdo, que el primer año después de que adoptamos a nuestros hijos, yo llegaba de Primer Plano y me encontraba con Pablo metido dentro de un clóset con nuestro hijo mayor, porque durante mucho tiempo él tenía temor que lo fueran a buscar del Sename y lo devolvieran. Entonces tratamos de explicarles que eso no iba a pasar, pero él simplemente no entendía”, concluyó.