Pese a ser una de las familias más importantes de México, tanto por su tremenda relevancia cultural como por su poderío económico, los Fernández sufrieron la crudeza del crimen organizado cuando el hijo del “charro mayor” fue secuestrado.

Ya han pasado casi 25 años desde este suceso que fue particularmente reflejado dentro de la serie “El último rey”, que aborda la vida de Vicente Fernández, retratando uno de los momentos más duros que se pueden afrontar.

El secuestro ocurrió el 20 de mayo de 1998, cuando en una de las propiedades de la familia, el rancho Los Tres Potrillos, nombrado así por sus hijos Vicente, Gerardo y Alejandro, ubicado cerca de Guadalajara, fue abordado por los criminales que se llevaron a Junior, el primer hijo del ídolo de la música mexicana que llevaba su nombre.

En cosa de semanas, el secuestro de Vicente Junior de 34 años era un tema de conocimiento popular. Según consigna biobiochile.cl, los secuestradores pedían un pago de 5 millones de dólares por la vida del primogénito, desarrollando constantes negociaciones con la familia. Sin embargo, Vicente Fernández y su hijo Alejandro, también destacada figura musical, no detuvieron sus conciertos. De hecho, el padre se presentó a un espectáculo solo instantes después de recibir el anuncio de los criminales, con quienes siguió negociando una vez que terminó el show.

Transcurrieron meses y finalmente la historia se volvió aún más oscura cuando los secuestradores enviaron al astro dos dedos de Vicente Jr., el meñique y el anular de la mano izquierda, en una caja.

Luego de 121 días, los medios de comunicación informaron al público que el primogénito de Vicente Fernández había sido liberado luego de un pago por 3.8 millones de dólares. La familia mantuvo silencio mediático durante los meses siguientes para no afectar la investigación, y tuvieron que transcurrir dos décadas para escuchar voces en torno a este suceso.

“Sabía que había un riesgo muy fuerte de morir, que el único que estaba en peligro de muerte era yo… por supuesto que jamás se olvida, pero son aprendizajes y lecciones que nos da la vida, que nos da el destino”, reveló Junior a Univision cuando se cumplían 19 años del secuestro.

Finalmente, con el tiempo se descubrió que la banda conocida como “Los Mocha-dedos” fue quien perpetró el crimen. Estaban acostumbrados a cortar los dedos de sus víctimas para enviarlos a las familias, tal como ocurrió en el caso del músico mexicano.

Biobiochile.cl reporta que para el 2008, una década después del secuestro, ya habían sido capturados varios miembros de esta banda, algunos de ellos condenados hasta a 50 años de prisión.