• José Miguel Infante, Ex guía de Viajes por Chile
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El estero Marga Marga, en la Quinta Región, es famoso por sus antiguos lavaderos de oro. Hoy sólo quedan recuerdos de los auríferos explotados con avidez en la época de la conquista, la colonia y algunos intentos en los años ochenta. Sin embargo, sólo los vestigios de esos emprendimientos mineros y los pequeños hallazgos del metal, mantienen viva la memoria que llevó a colonos alemanes, italianos, suizos y españoles, así como a los propios chilenos, a instalarse en las actuales ciudades de Quilpué y Villa Alemana, entre otras localidades aledañas.

El Marga-Marga recorre desde la cordillera de la Costa hasta el océano Pacífico, partiendo en dos a la ciudad de Viña del Mar. En sus valles y montañas, guarda aún secretos de la búsqueda de oro que datan desde la época de los incas.

Sol y molinos de viento

Constituye una aventura recorrer esta cuenca hidrográfica. Una geografía accidentada, con abundantes espinos y arbustos menores acompañan en forma permanente durante la travesía. Sin embargo, la zona se caracteriza por el sol, la tranquilidad y sus molinos de viento que extraen agua desde las napas subterráneas.

El sector de Peñablanca, punto ícono e histórico del poblamiento del sector, ofrece buenas condiciones para iniciar el recorrido. Allí se encuentra la estación del ferrocarril del mismo nombre, que con una frecuencia de unos diez minutos, ve arribar y salir convoyes del MERVAL hasta Valparaíso. Es posible efectuar una ruta por las laderas de la cuenca, de este a oeste, serpenteando sus bordes hasta la unión de los esteros Quilpué y  Marga Marga.

Una naturaleza de belleza agreste, fuertemente intervenida por el hombre, sorprenderá al viajero. De los lavaderos de oro, aún quedan rastros de movimientos de tierra y algún minero que intenta suerte, entre las arenas del Marga Marga, en busca del preciado metal.

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