Érase una vez una ciudad llamada Brujas: Lo que no debes perderte cuando la visites

Lo que no puedes dejar de ver cuando vayas a Brujas, uno de los destinos más bonitos de Europa

Pocos lugares tienen el encanto de Brujas, una pequeña ciudad belga que parece el escenario perfecto para un cuento de hadas, a lo que contribuye su nombre, cuyo origen en castellano proviene de una mala traducción, más cercana a la similitud del sonido que del significado de la palabra.

Vieux Bruges

Recorriendo sus calles angostas y curvas, cruzando sus múltiples puentes y siendo tentados para dar un paseo en un coche tirado por caballos, es difícil no preguntarse cómo sería vivir en un lugar tan lindo y llegas a la conclusión de que sus habitantes son muy afortunados.

En flamenco (idioma oficial de Bélgica junto al francés) su nombre significa puentes, debido a la gran cantidad canales que cruzan la ciudad y que le ha ganado el apodo de la Venecia del Norte. Mientras que su nombre en castellano, Brujas, como dijimos se cree que se debe a una mala traducción, que se habría basado en el sonido, y por si te lo preguntabas, no tiene ninguna relación con la antagonista vieja y mala de los cuentos de hadas que engaña a la princesa.

coches en brujas

Con algo más de 100 mil habitantes, Brujas cuenta con uno de los centros históricos más atractivos de Europa, que invita a los visitantes a transportarse fácilmente a la época medieval, que gracias a la conservación de su centro histórico, se ha mantenido muy parecido a que recorrieron sus habitantes medievales, y que le valieron su nombramiento como patrimonio de la humanidad en 2000 por la UNESCO.

Su cercanía del mar (33 kms) le dio un gran impulso comercial que se tradujo en prosperidad para sus habitantes y le valió su independencia comunal, que se ve representada públicamente por lo que actualmente es uno de los monumentos imperdibles de la ciudad belga más visitada por turistas al año: su belfort (torre que alberga las campanas de la ciudad).

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Si vas por poco tiempo, estos son los imperdibles de esta ciudad mágica:

Plaza del mercado o Grobe markt donde antiguamente se realizaban los torneos, es ahora el punto neurálgico de Brujas. En su centro se encuentra la estatua a Breydel y Coninck, dos brujenses a quienes la cuidad rinde homenaje por su importante actuación en la revuelta contra Francia en 1302. Actualmente se sigue instalando un mercado algunos días a la semana.

En ella puedes sentarte en uno de sus cafés a disfrutar de sus coloridas fachadas, también puedes ir al Historium, museo interactivo.

grobe markt

Belfort, es la torre más característica de Brujas, cuenta con 47 campanas y es visible desde toda la ciudad y al cual puedes subir para tener una perspectiva en 360 grados, ya que puedes mirar hacia los cuatro sentidos. Lo que sí, esperamos que estés en buena forma porque probablemente tengas que esperar un buen rato para subir debido a la cantidad de gente que se interesa por la vista aérea, y como si eso no fuera suficiente, te esperan 366 escalones para llegar a tu destino (los que luego tendrás que bajar). Pensándolo bien, tal vez prefieras sentarte en algunos de los cafés de la plaza después, para descansar.

Belfry

Datos prácticos, la entrada general cuesta 8 euros, está abierto entre las 9:30 y las 17:00 horas y las entradas se venden hasta las 16:15 horas.

Desde el muelle del Rosario parte la mayoría de los paseos en barco por los canales de Brujas, para llegar ahí pasarás por la municipalidad, uno de los edificios más bonitos. Te recomendamos acercarte al muelle incluso si no vas a tomar el paseo en barco, pues en este punto entenderás por qué a Brujas se le dice la Venecia del norte.

muelle-del-rosario

Recorrer esta ciudad, ya sea pie, en barco o en un coche tirado por caballos te hará sentir como protagonista de un cuento de hadas, en el que todo es bonito y toda la gente se ve alegre. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

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