La “Sirenita” fue una de las películas que revitalizó a Disney en los ’90 y, a pesar de que su ambiente natural era el fondo marino, no podía faltar un castillo en su historia, en este caso el de Eric, que estuvo basado en el de Chillon en Suiza.

Elsa y Ana, las protagonistas de la exitosa “Frozen” vieron nacer su reino de la inspiración que tuvieron sus creadores en las ciudades rurales de Noruega.

Para los ambientes de “La Bella y la Bestia”, usaron como referencia dos pueblos campestres de Francia: Colmar y Eguisheim.

La Ciudad Prohibida de China es uno de los monumentos más famosos de ese país y es visitado por miles de turistas al año; y ha servido de inspiración para múltiples historias, como la de Mulan.

“Blancanieves y los Siete Enanitos” es uno de los grandes clásicos de Disney y su famoso castillo, su tenebroso bosque y todo lo que rodea la historia habrían tenido su origen en el castillo de Lohr y el Bosque de Spessrt.

Moana y sus paradisíacos paisajes nacieron de un “sacrificado” viaje de sus realizadores por bellas islas de Fiji, Samoa y Tahití.

Para recrear el mundo de Pinocho respetaron la inspiración del escritor Carlo Lorenzini, autor de la historia original en la que se basó la película, quien usó la ciudad en que nació y vivió su madre: Collodi, para describir el mundo de su personaje. Incluso el autor comenzó a firmar sus obras como Carlo Collodi por la misma razón.

El castillo de Cenicienta, diseñado por Herbert Ryman, debe ser el más famoso de todas las franquicias de Disney y está inspirado en el castillo de Neuschwanstein en Alemania.

El gran castillo de Jasmine en “Aladino” está inspirado en un monumento aún más famoso, pero de la India: el Taj Mahal.

El monte St. Michel en Francia, una de las atracciones turísticas más visitas del país europeo, fue la base usada para ambientar la película de Rapunzel, “Enredados”.

El reino del padre de la princesa Mérida, la protagonista de “Valiente”, está inspirado en las tierras altas de Escocia y, en especial, en el castillo de Dunnottar.