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La época veraniega no es solo sinónimo de playa y vacaciones, para muchos también son semanas en que la posibilidad de un apacible descanso se trastorna por las altas temperaturas.

La receta más clásica podría ser dormir con las ventanas abiertas, pero en el caso de las ciudades más grandes el ruido lo hace poco útil, ¿qué hacer entonces para evitar esta “pesadilla”?.

La doctora Larisa Fabres, neuróloga del Programa de Medicina del Sueño de Clínica Universidad de los Andes, explicó que: “Cuando el sueño se ve fragmentado por causas externas como las altas temperaturas, puede provocar en el día todas las conocidas consecuencias de un sueño poco reparador, como son somnolencia, desánimo, falta de concentración e irritabilidad, entre otros”.

“Hay enfermedades como el insomnio, los ronquidos y las apneas del sueño (pausas respiratorias al dormir) que afectan el buen dormir”, agrega.

La especialista explica que el calor del verano puede: “Afectar el sueño, provocando problemas en su conciliación, varios despertares en la noche o simplemente nos deja desvelados por varias horas, lo que altera la llamada arquitectura del sueño, esencial para la anhelada sensación de descanso”.

Por eso recomienda que:

1. Abrir ventanas y puertas en la tarde. La idea es lograr una temperatura de 18 a 21°C en la habitación.

2. Hidratarse en el día ayuda a mantener la temperatura del cuerpo en la noche.

3. Comer liviano en la noche.

4. “Desconectarse” de celulares, tablets o televisores un rato antes de dormir.

5. Una ducha tibia, la fría puede causar una reacción posterior al calor.