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El senderismo es una de las actividades más practicadas en todo el mundo, con 60 millones de personas que lo realizan. Esto se debe a que tiene múltiples beneficios tanto para la salud física como mental.

Dentro de ellos se encuentran la prevención de enfermedades cardiovasculares y mejoras en los músculos y el esqueleto, además de propiciar un mayor equilibrio al momento de desplazarse.

La subdirectora de los programas de Deportes de Aventura y Recreación de la Universidad de Stanford, Alyson Chun, afirmó que “es una forma increíble de salir al aire libre y explorar, reconectar con sentimientos de asombro y admiración, y cosechar innumerables beneficios como la disminución de la ansiedad y la depresión y la reducción del riesgo de enfermedades cardiacas, hipertensión, diabetes y obesidad”.

Asimismo, ayuda a normalizar los niveles de colesterol al regularizar los lípidos sanguíneos y las lipoproteínas, lo que también evita que uno pueda sufrir de cáncer.

“Cuando se practica senderismo en terrenos difíciles, la persona media puede quemar entre 400 y 550 calorías por hora”, remarcó Chun, siendo una disciplina esencial para impedir la diabetes.

Junto a esto, físicamente se ven beneficiados los cuádriceps, los isquiotibiales, los flexores de la cadera, las espinillas, las pantorrillas y los glúteos, de acuerdo al kinesiólogo y profesor asociado de la Facultad de Educación y Desarrollo Humano de la Universidad George Mason, Joel Martin.

Respecto a cómo ayuda psicológicamente, puede reducir las hormonas del estrés en hasta un 30%. También disminuye la ansiedad y la depresión, y aumenta las funciones cognitivas y la memoria.

Finalmente, la fisioterapeuta y neuróloga de la Facultad de Medicina Miller de la Universidad de Miami, Joyce Gomes-Osman, sentenció que “la neuroplasticidad es vital para nosotros como seres humanos porque nos permite aprender y evolucionar a lo largo de la vida y potencia los centros de pensamiento y memoria del cerebro”.