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“The Order: 1886”: La carta de Playstation 4 de este semestre

Uno de los exclusivos para Sony llega a las manos de los usuarios en un envoltorio que se ve bien, pero que deja un gusto raro por lamentables factores.

Uno de los juegos que más se siguió desde E3 fue sin duda “The Order: 1886”. Y es que la proyección cinematográfica que prometía en ese entonces tenía a la crítica y usuarios más que expectantes.

The Order: 1886

 

El título llega finalmente al mercado de manera exclusiva para Playstation 4 con una salida, no menos que polémica debido a las fuertes críticas iniciales que recibió por la duración de este, ya que entonces se indicaba su extensión no más allá de las 5 a 6 horas de juego.

“The Order: 1886” nos sitúa en un ficticio Londres victoriano a fines del siglo XIX con un corte tecnológico mezcla entre Blade Runner y Sherlock Holmes. En él utilizamos como protagonista a Sir Galahad, uno de los mejores caballeros de una secta secreta que mantiene el orden y la armonía entre humanos, vampiros y licántropos desde los tiempos del Rey Arturo. Acá salen elementos históricos como el Santo Grial o el mismísimo científico Nikola Tesla, un factor importante y crucial en la trama del juego, ya que es él quien nos provisiona de fantásticas armas y elementos que nos permitirán llegar a ver los créditos.

Este sin duda es uno de los puntos de “The Order: 1886”, ya que desde un comienzo se nota que el estudio Ready at Dawn (los mismos tras las versiones de PSP de God of War) quisieron que la experiencia fuese cinematográfica principalmente siguiendo la columna vertebral del argumento. El problema es que nos quedamos en ese factor más que en la usabilidad y desde un comienzo el juego se hace bastante tosco en cuanto a movimiento.

En sus siete horas de juego aproximadas, el juego nos ofrece 13 tipos de armas, algunas muy novedosas en su uso y otras demasiado genéricas y que no aportan mucho a la causa. En cuanto a la jugabilidad hay una inspiración palpable y directa entre el legado que ha dejado Gears of War o Uncharted en la generación pasada y se nota.

La experiencia gráfica se podría decir que por fin es de nueva generación, dejando atrás a las ya tan vilipendiadas adaptaciones full HD que han llenado la nueva consola de Sony, pero tampoco sin dejarnos con la boca abierta. Y es que en general el diseño artístico es precioso y se hace notar, pero cuando tenemos poca interactividad con ellos y todo el escenario de poco sirve.

The Order: 1886 The Order: 1886

 

 

“The Order: 1886” tiene errores muy lamentables en esta materia como que un personaje no se trasluzca en un espejo o que los vidrios ni siquiera se vean afectados al momento de una lluvia de balas, entre tantos ejemplos; elementos ya imperdonables a estas alturas del partido. Además, el juego viene de partida doblado al español latino (con un perfecto sonido eso sí) pero a los que gustamos del idioma original ni siquiera tenemos la posibilidad de cambiarlo desde las opciones del menú, teniendo que ir a las configuraciones de la consola.

The Order cuenta además mucho con los ya conocidos “Quick Time Events”, entiéndase a estos como los botones que nos piden presionar dentro de una cinemática para determinar el desenlace de la escena, pero que muchas veces terminan siendo de poca utilidad y repetitivos (¿Para qué presionar más de una vez el mismo botón para abrir una puerta por ejemplo?).

El juego quiere ser tan cinematrográfico en ese sentido que no nos deja sentirlo más allá y simplemente debemos dejarnos llevar por donde el guión quiere que nos lleve, casi como una visita de médico y que para peor nos deja con gusto a poco al momento del final de su argumento repitiendo cánones tan utilizados en el cine fantástico que deja con gusto a poco.

 

El sistema de combate es entretenido, aunque repetitivo y si bien la inteligencia artificial de los enemigos funciona, ya que por ejemplo reaccionan a moverse si se dispara a menudo en un mismo lugar, termina por no convencer (cuando se enfrenten a los hombres lobos recuerden esto; ni siquiera es necesario moverse de un punto).

 

The Order: 1886

Asimismo, la curva de aprendizaje es casi nula. El enfrentarse a enemigos cuerpo a cuerpo y el sigilo son factores demasiado marcadas dentro del título, no dando paso a la improvisación o la exploración.

En materia sonora el juego es espectacular y es uno de los puntos altos. Desde la fantástica banda sonora de Jason Graves (Tomb Raider, Dead Space) hasta los ruidos de balas, explosiones, ecos en lugares cerrados, entre otros aspectos dan a entender que para Ready at Dawn tienen muy claro que la experiencia debe entrar tanto por los ojos como por los oídos.

Sin embargo, para los que gozan de la rejugabilidad no hay que mucho que encontrar acá, ya que salvo que retome el título en una dificultad más alta o recoger los coleccionables que no encontramos en nuestra experiencia previa, no hay bonos extras, regalos o alguna opción multijugador online que nos permita verlo desde otra arista.

“The Order: 1886” tiene un potencial enorme, de los más que ha tenido hasta ahora esta generación de juegos y con una estética y diseño fantásticos e impresionantes, pero que como toda superproducción queda mermada por elementos tan vitales como la sensación del jugador a la hora de tomar el control y eso es al final lo más vale al apagar la luz.

The Order: 1886

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