Paula Pareto goza de una fama inusitada para los cultores de las artes marciales. La pequeña judoca argentina, que se consagró medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro y medallista de bronce en Beijing 2008, además de campeona del mundo en 2015, también es doctora y hace la residencia en un hospital público en Argentina.

Aparte de los tremendos logros internacionales, Pareto se recibió de médico en el área de traumatología y actualmente es residente del Hospital de San Isidro, lo que la convierte en un gran personaje durante el día a día del centro médico.

Aprovechando esa fama, la judoca participó en la versión argentina del programa “PH, Podemos Hablar” con la conducción de Andy Kusnetzoff, compartiendo escenario con otro grande, el ex futbolista Gabriel Batistuta, y otros personajes del espectáculo trasandino

Entre los relatos de su experiencia como estudiante de medicina y deportista profesional, la deportista también contó divertidas anécdotas de cuando los pacientes fanáticos del deporte la reconocen en la consulta.

“Una vez una chica una estaba tirada doblada de dolor, que le dolía mucho la espalda en una camilla y lloraba. La gente muchas veces llega así a la guardia. Me vio, se paró, literal, sonrió y me abrazó. El médico que estaba conmigo me dice ‘sos como mano santa. No puedo creer lo que acaba de pasar’”, le contó la denominada “Peque” al conductor Andy Kusnetzoff.

Paula Pareto aprovechó la ocasión y también confesó episodios graciosos con sus compañeros de trabajo y otros colegas en el Hospital de San Isidro, pero dijo que lo que lejos más le llamaba la atención era que los pacientes muchas veces no creían que fuese ella.

“Algunos pacientes me dicen ‘sos muy parecida pero no podés ser vos, porque deberías estar entrenando’”, señaló la deportista de 33 años, quien se recupera de una hernia cervical y que se prepara para defender su medalla en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

La doctora y medallista Paula Pareto junto a profesionales de la salud.