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El secreto para disminuir el consumo de bencina

¿Cómo ahorrar en tiempos en que el valor de los combustibles alcanza cotas de temer? ¿En qué me fijo para mejorar el rendimiento de mi auto? ¿Por qué lo que anuncian las marcas escasamente coincide con el consumo real?.

Siempre me pasa lo mismo. Llega alguien que a veces conozco apenas y me pregunta cuántos kilómetros por litro da su auto. Y antes de que responda que no tengo la menor idea porque no guardo en la memoria semejante dato (suponiendo que alguna vez haya leído al respecto), típicamente agrega “a mí me está dando X ¿estará bien?” (donde X es una cifra cualquiera).

Ahorro de bencina

Foto: El Mercurio

Situaciones como la graficada en esta foto no aportan en nada al ahorro de bencina.

La cuestión es que con los precios de la bencina amenazando llegar a cotas insospechadas, ya estoy viendo que la frecuencia con que se me harán esas consultas se va a incrementar, así que para prevenirme, les cuento algunos pormenores del consumo de combustible, de lo que dicen las marcas sobre ello y de lo que en realidad ocurre en las calles.

Aclaremos que no siempre las marcas anuncian el consumo de sus modelos. Con mayor frecuencia lo hacen organismos homologadores de Europa, Estados Unidos o Japón, los cuales se basan en los datos obtenidos de bancos de prueba donde los motores son sometidos a recorridos que emulan los modos de empleo más típicos en los respectivos países. O sea, hay determinada cantidad de tiempo que simula carreteras, otra circulación urbana, ralentí, aceleraciones y paradas, etc. Y esto varía según quien mida.

No me detendré ahora a contar que, según algunas normas, el consumo de los motores se hace mientras están unidos a otros órganos mecánicos y en otras está el motor “en seco”; más bien, quiero apuntar a que a veces hay discrepancias entre lo que el auto le da a un ciudadano chileno cualquiera y lo que el vendedor dijo que daba.

Pues bien, hay que tomar como un axioma que si tal discrepancia existe, la culpa es del conductor en su mayor parte. Y no porque no haya tenido la gentileza de reproducir el recorrido estándar de los organismos reguladores, sino porque su propia actividad es la que genera más consumo que el previsto.

Ahorro de bencina

Foto: El Mercurio/Agencias

La escena mostrada arriba puede parecer extrema, pero lo importante es no olvidar el mantenimiento de los neumáticos.

Un caso específico: un conocido que se quejaba de que su auto con motor de 1,6 litro le daba mucho menos de lo que el vendedor decía. Sólo por decir algo, le pregunté con qué presión de neumáticos andaba y me respondió “con 28 parejo”. “Ya –dije-, ¿y el fabricante qué dice?” Mi interlocutor no lo sabía. Lo que yo sí sé es que con frecuencia los autos necesitan presiones mayores a esa; por lo tanto, mi conocido había descuidado un factor fundamental, ya que circular con presión de neumáticos menor a la recomendada puede aumentar en tal vez 20% el consumo.

Y eso por no mencionar las aceleraciones innecesariamente rápidas que terminan en una frenada en el siguiente semáforo; la manía de conducir siempre en regímenes muy altos del tacómetro; la de sobrecargar los vehículos o, peor, la de cargarlos de manera que se rompe el perfil aerodinámico del vehículo. ¡Cuántos autos hemos visto con parrillas llenas de bultos enormes!

En fin, puede que todos y cada uno de los adminículos del bulto sean imprescindibles, pero después que el conductor no se queje de lo que su auto gasta.

La conclusión de fondo es que en estas cuestiones hay que aplicar un poco de sentido común… aunque a veces es el menos común de los sentidos.

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