• Guillermo Zúñiga, ex guía de Autos
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Nardi es una marca italiana reconocida por construir volantes y accesorios de alta calidad, pero en los años 50, Enrico Nardi, quiso hacer algo más que sólo volantes.

Decidió participar en las 24 Horas de Le Mans, la carrera de resistencia más importante y emblemática del automovilismo, celebrada en Francia  hasta nuestros días, sin intención de desaparecer. El proyecto tenía como objetivo llegar al nivel de Ferrari o Jaguar, marcas dominantes de la prueba.

La idea fue revolucionaria. Se trabajó sobre un chasis de un Fiat 500, se incorporó un pequeño motor de origen BMW de 750 cc y se diseñó totalmente de forma asimétrica; el motor iba en el lado izquierdo, no había asiento de copiloto y el piloto iba sentado en el lado derecho. A pesar de que el motor tenía sólo 62 caballos de potencia, el conjunto pesaba 450 kg, una fracción del peso de sus contrincantes.

El extraño diseño permitía un buen equilibrio de pesos, además de una aerodinámica privilegiada, permitiendole ahorrar combustible, un punto realmente importante para una carrera de 24 Horas.

No hay cifras reales sobre su velocidad máxima o sobre su performance, aunque se habla de que superaba los 210 km/h, pero debió ser algo bastante curioso de conducir. Lamentablemente no hubo resultados exitosos para el modelo. Participó en la carrera de 1955, pero el paso a alta velocidad de un Jaguar D-Type, generó una ventolera que literalmente lo lanzó fuera de la pista. Con tantos daños, no pudo reanudar su participación.

El nombre original fue Damolnar, pero en Italia se denominó Bisiluro, o “Doble Torpedo” por su singular forma. Hoy el modelo descansa en el museo Leonardo Da Vinci en Milan, Italia, después de una larga restauración.