Se viene repitiendo en el último tiempo: Meghan Markle es mucho más que solo la esposa de príncipe Harry; él salió a su madre, no a su padre. Se entiende: en sensibilidad, en sencillez, en trato con los plebeyos.

Y Meghan, también es así. Por decirlo de una manera: Meghan es mucho más Lady di que reina Isabel. Se entiende, ¿no? Claro que sí. Todos entendemos.

Ahora a la bella exactriz de Suits le tocó su primer “trabajo real”. Y Meghan no tuvo empacho en ponerse el delantal y adentrarse a ensuciarse las manos.

¿Recuerdan los memes y burlas del momento de la boda? “Esta es la cara de una mujer que no volverá a cocinar ni lavar los platos”, decían las burlas. Pues bien, se equivocaron: en su primer trabajo Meghan, justamente, cocina.

El colectivo en el que se embarcó Markle es el Proyecto Comunitario Hubb, una comunitiva que reúne mujeres de diversas comunidades para elaborar alimentos. Esta iniciativa surgió tras el voraz incendio en la Torre Grenfell, de Londres en junio de 2017; en el siniestro murieron 71 personas.

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Se trató del peor incendio de viviendas desde la segunda guerra mundial. En aquella oportunidad, Munira Mahmud se acercó al Centro de Patrimonio Cultural Musulmán de Al-Manaar y consultó si podían usar la cocina: así surgió el proyecto de Hubb, que significa “amor propio”, en árabe.

“Inmediatamente me sentí conectada a esta cocina comunitaria; es un lugar donde las mujeres ríen, lloran, se afligen y cocinan juntas “, escribió Meghan Markle en el prólogo de un libro de recetas benéfico publicado por el colectivo. 

La esposa de Harry, quien hubiera sido la nuera de Lady Di, estaría orgullosa. Uno puede imaginarla a Diana enfrascada en la cocina. Y no, ni a Isabel ni a su hijo podemos imaginarlos así. Confirmado: Meghan es mucho más Lady que Carlos.