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Así como durante toda la historia han ocurrido desapariciones o asesinatos que continúan sin resolverse, también hay misterios médicos que desafían toda lógica al no tener explicación posible.

Si en un principio pueden sonar como casos no tan llamativos, la duración y lo que realmente ocurrió en los que contaremos a continuación no dejan de asombrar.

1.- 12 AÑOS ATRAPADO EN SU CUERPO: Martin Pistorius se enfermó cuando era un niño. Los doctores pensaron que era meningitis, pero lo que pasó posteriormente fue traumático. Primero dejó de moverse, luego no miraba a los ojos, y finalmente perdió el habla. Los médicos pensaron en que iba a morir, pero no fue así. “Estaba con todos mis sentidos”, relató años después. ¿Qué le pasó? se conoce como síndrome del encierro. Afortunadamente para él y su familia, se recuperó, estudió computación y creó su propia compañía. Admirable.

2.- CEGUERA POR INFLAMACIÓN DE LOS PÁRPADOS: Natalie Adler, a los 17, se despertó un día con los párpados totalmente hinchados. Su salud rápidamente se deterioró, pasando gran parte de la semana con los ojos totalmente cerrados. Asombrados, los médicos le realizaron una serie de cirugías, pero ninguna resultó. A tal punto, de que perdió la visión.

3.- UNA ADOLESCENTE DE 20 CON EL CUERPO Y LA MENTE DE UNA BEBÉ: Brooke Greenberg, a los 20, medía menos de un metro y pesaba 7 kilos. Su esófago era tan pequeño, que tenían que alimentarla por un tubo. Los especialistas le dijeron a sus padres que no había nadie más en el mundo con esa condición. Sufrió un paro cardíaco y un tumor cerebral, y finalmente murió el 24 de octubre de 2013.

4.- UNA ALERGIA INEXPLICABLE: El cuerpo humano se compone, en casi de un 70%, de agua. Sin embargo, en todo el planeta hay aproximadamente 50 personas que son alérgicas a este elemento. Una de ellas es la australiana Ashleigh Morris, quien sufre esta condición desde los 14. Cualquier contacto le provoca dolor y picazón. Lo peor es que no existe ningún tipo de cura. Ni tampoco una causa.

5.- VIVE SIN DOLOR NI SUDOR: Gabby Gingras se mordía tan fuertemente las manos cuando bebé, según los recuerdos de su madre, que le quedaban “como una hamburguesa cruda”. Sin embargo, nunca lloró. Ella sufre de un desorden en el sistema nervioso que le impide sentir dolor, ni tampoco sudar. Solamente una decena de personas tienen esta misma enfermedad. Asimismo, en una oportunidad se rascó de manera tan brusca los ojos, que quedó ciega. También estuvo a punto de perder su dentadura, luego de morder a fondo sus propios juguetes.