Existen distintos métodos que una persona puede utilizar para intentar que otra se adapte a los criterios de su voluntad. La manipulación es una de las trampas que puede ejercer una influencia negativa sobre la víctima. Especialmente, cuando la acción se repite con insistencia en un vínculo determinado. En ocasiones, la víctima no es plenamente consciente de que el otro no respeta su criterio y sus decisiones. ¿Cómo saber si una persona intenta manipularte sin que te des cuenta?

1. Más allá de sus supuestas buenas intenciones, sus palabras te hieren

En ocasiones, las palabras de quien intenta manipular a otra persona parecen estar llenas de buenas intenciones. Al menos, ese es el enfoque que adopta el proceso. La manipulación puede disfrazarse con mensajes aparentemente amables: “ya no eres el mismo de antes” o “con todo lo que he hecho por ti”. Sus palabras te generan malestar, tensión e incomprensión.

2. No respeta tus límites, tus decisiones y tu espacio

La insistencia de quien intenta manipular a otra persona puede ser muy elevada. Es decir, la manipulación no respeta límites y pretende condicionar las decisiones del otro. Incluso, este nivel de insistencia puede invadir el espacio emocional de la víctima. Aunque su forma de actuar no sea correcta, justifica sus actos a través del afecto y el cariño.

3. Introduce a personas externas en la conversación

Si la víctima no cede o cambia de opinión, es posible que el manipulador recurra a una técnica habitual en la manipulación: añadir el peso de otras opiniones externas. De este modo, aquello que dice la mayoría, especialmente, si el grupo mayoritario está integrado por personas conocidas, parece tener más valor que la opinión individual.

4. Te hace sentir como si su felicidad dependiera de tu decisión final

La manipulación se distancia de la aceptación y se alinea con el control. Ejerce presión sobre la voluntad ajena para lograr el sometimiento. Cuando una persona intenta manipularte sin que te des cuenta, te hace sentir como si su felicidad dependiera de tu decisión final. Aunque no esté de acuerdo, debería respetar tu libertad.

Cuando una persona intenta manipularte sin que te des cuenta, puedes llegar a dejar de lado tus objetivos, tu punto de vista y tus necesidades. Pierdes la perspectiva de lo que tú deseas y te sientes como si la otra persona tuviera una buena intención, cuando, en realidad, está actuando según sus propios intereses.

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