Las relaciones personales aportan numerosos motivos de felicidad. Por ello, cuando fortaleces los vínculos afectivos que forman parte de tu vida, también cultivas tu alegría. En el Canal de Coaching de Guioteca te damos seis consejos para lograrlo.

1. Toma la iniciativa, con ilusión y determinación, para conocer gente nueva y, también, para consolidar la historia. Adopta este papel como protagonista, aunque desees que sea el otro quien se implique de forma proactiva.

2. Valora todo lo bueno que puede aportarte cada amistad. No compares el nivel de confianza que tienes con tu mejor amigo con el grado de complicidad de otros vínculos. Cada relación puede ofrecerte algo positivo, pero es importante que ajustes las expectativas de forma realista.

3. No intentes ser adivino: Pregunta de forma asertiva en vez de presuponer. Las interpretaciones que no están debidamente contrastadas pueden dar lugar a confusiones importantes. Por ello, si tienes alguna duda que el otro puede resolverte, toma la iniciativa para plantear la pregunta.

4. Incrementa la cercanía con el uso de palabras amables. Las quejas, las críticas y los reproches pueden interferir de forma negativa en la evolución de una relación. Especialmente, cuando aquel que las recibe se siente juzgado de forma negativa. Y, como consecuencia de ello, se distancia.

5. Valora la relación más allá del corto plazo. De lo contrario, existen situaciones que pueden propiciar decisiones precipitadas. Por ejemplo, la reconciliación después de un enfado renueva la esencia de una historia que, en ausencia de perdón, puede llegar a su fin.

6. Disfruta de tu propio espacio y respeta, también, los ritmos de los demás. Los momentos de compañía enriquecen las relaciones porque favorecen el contacto. Pero la soledad es un bien necesario que, además, permite echar de menos al otro. Y, también, poner en perspectiva las fortalezas y aspectos a mejorar de una relación de amor o amistad.