• Aldo Águila, ex Guía de Colo Colo.
• |
• Ver más de colo-colo

El fin de semana antepasado Colo-Colo ganó a Cobreloa y fuimos muchos los que no quisimos decir nada, hinchas que preferimos reservarnos cualquier comentario para no ser apuntados con el dedo por los más enfervorizados o aquellos que, legítimamente, contagiándose con la euforia de ganar en el siempre difícil estadio de Calama, nos sindicarían como los “pesimistas de siempre”, los “negativos” o  los “del vaso medio vacío”.

Foto: Marco Muga

Por el nivel de juego de Colo Colo lo mejor sería olvidarse incluso de los playoffs.

Lo cierto es que aquella vez Colo-Colo ganó, pero no gustó. Y lo que fue una ilusión para muchos como lo que parecía el inicio de una racha positiva, solo quedará en el anecdotario de una campaña, hasta ahora, desastrosa.

Colo-Colo no gana en su estadio desde hace tres partidos, pero más allá de eso, es su juego el que desespera a la hinchada. Francamente, observando el partido de ayer, ¿de qué habría servido empatar? Más allá de la Tabla de puntos, ¿se habría solucionado algo o sería un parche más como la victoria en el Municipal de Calama? Porque a pesar del “De atrás pica el indio”, la verdad es que, si se sigue jugando de esa forma, mi sentido común me dice que no es justo ni bueno siquiera clasificar a los Playoffs.

Puedo ser mal interpretado, pero a estas alturas da lo mismo; al igual que muchos más, llevo a Colo-Colo en el corazón, pero esto no nos impide ser críticos ni menos objetivos a la hora de los análisis. Nuestro eterno campeón, el día de hoy, muestra un juego abúlico, sin sorpresa y no gusta a nadie. Esto no significa no ir más al estadio, dejar de alentar y apoyar o cambiarse de equipo.

Es simplemente expresar nuestra molestia por lo que se ve en la cancha y fuera de ella, es manifestar nuestro descontento ante una realidad que sabemos que se puede cambiar pero que al parecer no hay ganas de ello, es reclamar porque vemos el daño que se le está haciendo a algo que amamos y que nos enorgullece, incluso en momentos como éste, pues ni las peores crisis nos harían olvidar años y años de alegría y emoción. Es simplemente apoyar a nuestra institución y no necesariamente a las personas, sus valores y lo que representa este club en cada uno de nosotros ¿o es que acaso, nuestro querido Colo-Colo, dejó de ser nuestro?