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Colo Colo: Sin esqueleto no se puede

¿Cómo pretende el club albo lograr cosas importantes si no tiene la base del equipo de forma definida y fuerte? Aquí, las áreas en las que el equipo se muestra débil y las dificultades para repuntar.

“Vamos a salir a ganar la Sudamericana”. “Haremos un buen papel en la Libertadores”. Frases así son las que uno escuchaba de dirigentes y jugadores de Colo Colo antes de afrontar las competencias de este 2010. En Libertadores, fracaso en primera ronda. En Sudamericana, camino muy complicado, pese a enfrentar al que en el papel era un débil rival.

Andrés Scotti

Foto: LUN

Sin Scotti la defensa alba entra en peligrosas lagunas.

Y es aquí donde debe venir una de las cuestiones más preocupantes: se promete de todo y al equipo le falta algo fundamental, sus jugadores base en puestos claves. Como se dice, el “esqueleto”.

Cuando se arma un equipo, la base suele ser la misma: arquero, defensa central, volante defensivo, volante ofensivo y delantero goleador. Teniendo gran parte de eso definido y con elementos de calidad, los buenos resultados vienen de la mano de forma algo más fácil.

Sin embargo, Colo Colo muestra todo lo contrario. Si no son puestos con jugadores que generan dudas, hay otros que son irremplazables, donde si faltan las posibilidades bajan muchísimo.

Vamos por parte.

Al arco, se ha confiado en Raúl Olivares. Joven, con proyección, pero dando sus primeras armas en el equipo. Le falta equivocarse mucho todavía, le falta mejorar el manejo del balón con los pies (por favor, recontraten a Julio Rodríguez), falta que tenga más presencia y confianza, más otra serie de cuestiones “de crecimiento”. Es decir, en el arco no hay alguien que sea 100% confiable, por mucho que no se dude de las capacidades del “Araña”.

En defensa, si está ausente Andrés Scotti, la cuestión se complica mucho. De partida, sin el uruguayo, Sebastián Toro juega más desordenado y con menos solidez. Y los reemplazantes posibles son o Jorge Carrasco (con poca participación a lo largo del año, lo que en ocasiones hace que se vea muy lento y fuera de tiempo) o Miguel Riffo, elemento de gran calidad, pero con sus sabidos problemas físicos y poco juego aéreo defensivo. En retaguardia, uno irremplazable.

Ezequiel Miralles

Foto: LUN

El esquema de juego que ha implementado Diego Cagna le entrega toda la responsabilidad goleadora a Ezequiel Miralles.

Cuando se debe cortar el juego, da la impresión de que Rodrigo Meléndez no puede faltar. Incluso porque si es necesario puede jugar de central. Pero “Kalule” se gana amarillas muy seguido, a veces exagera el juego sucio para frenar al rival y sus posibles reemplazantes no tienen su oficio. Las críticas al capitán Arturo Sanhueza son bien conocidas, especialmente las que dicen relación con su lentitud para salir jugando en ocasiones. Rodrigo Millar quizás no tiene el despliegue físico total para ser el único hombre de corte en el medio y Luis Pavez debe esperar lesiones para aparecer en la oncena titular.

¿Creación? Se ha confiado en demasía en Macnelly Torres. Nadie duda que “Magia” tiene talento, pero es intermitente, a veces desaparece, no siente comúnmente el luchar los 90 minutos y cuando no está, los sucesores tienen, por lo mismo, poco juego: Cristóbal Jorquera entre lesiones y suplencia no agarra todavía la mecánica del Colo Colo de Cagna, Lucas Wilchez es más un hombre que lleva la pelota a un habilitador y no hay otro referente fuerte en ese aspecto del juego.

Y ni hablar de lo que pasa frente al arco. Ezequiel Miralles se vuelve el goleador casi exclusivo, más con un sistema de juego que tiene sólo un delantero. Traer a Cristián Canío o Javier Cámpora, por ejemplo, será que hagan muchas veces banca en vez de convertirse en un aporte de verdad.

En resumen, falta la base y un plantel balanceado. Y con algo así, las promesas de inicio de campaña en el ámbito internacional seguirán siendo bromas de mal gusto o aire que infla globos.

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