• Gustavo Davila, ex guía de Colo Colo
• |
• Ver más de colo-colo

Parece mentira, pero en pleno año 2015, existen algunas personas e instituciones que se resisten a la tecnología a la hora de hacer algo tan básico como comprar una entrada al estadio. Es cierto, lamentablemente la lucha contra la delincuencia en los estadios, hace rato que se está perdiendo y existe un cuidado infinito en el manejo del público que asiste a las canchas, para no repetir hechos de violencia que se han dado con mayor frecuencia este año. Sin embargo, lo sucedido esta semana en Quillota, con la venta de las entradas para el juego de Colo Colo contra San Luis del Domingo, debe ser una lección de lo que NO se debe hacer para controlar a los espectadores.

Largas colas se generaron este Miércoles por un ticket en Quillota.

En primera instancia, las entradas se empezaron a vender el día Martes, con precios razonables, que iban de los $ 7.500 a los $ 15.000, lo que aseguraba un lleno total en las butacas del Lucio Fariña, algo poco repetido esta temporada por la pésima campaña del cuadro canario. Desde ahí, todas las decisiones e información fueron confusas y con un pésimo tratamiento, tanto de parte de las autoridades policiales como de la dirigencia quillotana. El martes las entradas del local, se vendían en la sede de San Luis y las galerías visitantes se ofrecían en el mismo estadio. El día miércoles y por la amplia demanda, toda la operación se trasladó al estadio, sin ninguna información de por medio y con un gran desorden para la compra de las entradas del local y de la visita, lo que generó filas que no avanzaban y molestia de todos los que sufrían el inclemente sol.

A eso de las dos de la tarde y cuando la fila empezaba a impacientarse, desde el estadio se informó que las galerías se encontraban agotadas y que el resto de las andes y preferenciales que quedaban, se venderían a partir del jueves. En ese minuto y como era de esperarse, las personas que llevaban varias horas esperando, hicieron sentir su descontento, lo que solo pudo ser resuelto con la ayuda de Carabineros.

Con ese fierro caliente en las manos, la Gobernación de Quillota optó por lo sano y suspendió la realización del partido en el Lucio Fariña, dejando expuesta la pésima gestión de San Luis, para manejar un partido de alta convocatoria. Una de las condiciones, era que las personas no podían comprar más de cuatro boletos, lo que en realidad no tuvo mayor control, así como también que hinchas de Colo Colo compraran entradas en otras aposentadurías del estadio.

El Estadio Elías Figueroa de Valparaíso se presenta como la opción más posible para el partido.

Sin duda, un pésimo precedente en la lucha contra la violencia en los estadios, pero que no solo puede tener como responsable a San Luis o al organizador de turno. Urgen medidas de verdad, como el empadronamiento y castigos efectivos contra los que cometen actos delictuales en las canchas. Sin eso, las suspensiones, sobre todo en el caso de Colo Colo (cuya hinchada no ha protagonizado actos violentos en esta temporada, pero que siempre está en la mira), se sucederán una y otra vez.

¿Qué opinas de la suspensión del partido ante San Luis?

@gustalbo