• Sebastián Cristi, ex guía de E-Business
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Existen varias herramientas para redes sociales que en principio parecen facilitarnos bastante la labor de llevar una cuenta que represente a nuestra marca o negocio. Los especialistas en Social Media frecuentemente repiten que es necesario mantener la presencia activa, y uno de los consejos recurrentes es publicar o actualizar a diario en Twitter, Facebook, Google plus o cualquier otra plataforma social que se esté utilizando en nuestra estrategia. La idea es jamás dejar una sensación de abandono a ojos del seguidor o fan, para que sepa que hay alguien a cargo.

La mayoría de las personas no contamos con el tiempo para estar conectados a las redes sociales las 24 horas del día, y para ello Tweetdeck, Hootsuite y otras aplicaciones han desarrollado características que permiten agendar los Tweets. Esto quiere decir que por la mañana puedo redactar los mensajes que enviaré a mis seguidores indicando la hora en que deben ser publicados por mí. Conveniente ¿verdad?

Foto: Tweetdec

Agendar los tweets puede ser perjudicial.

Sin embargo el marketing en redes sociales no trata de la cantidad de posts que se realizan a diario desde la cuenta corporativa, sino del engagement que se obtiene frente a lo que “hablamos” en estas plataformas. Desde el momento en que agendamos los mensajes a publicar de forma automática, se presume que no estaremos presentes a la hora programada, y que por lo tanto no interactuaremos con quienes recibirán dicho mensaje.

Una cuenta que solamente publica, pero que no es capaz de responder a dudas, consultas y críticas ante lo escrito, se aprecia como una cuenta abandonada y el seguidor puede identificar rápidamente la automatización de sus mensajes cuando la práctica se vuelve habitual. Estas cuentas son las que rápidamente dejan de llamar la atención y muchas veces pierden más seguidores de los que ganan a diario.

Relaciones con diálogo

Jamás se debe olvidar que una red social es un lugar para establecer relaciones, y las relaciones se logran con el diálogo, que se compone básicamente de una comunicación en ambos sentidos. Esto es lo que esperan los seguidores en Twitter (y cualquier otra red social) cuando participan en una de nuestras publicaciones. Una respuesta, un “gracias”, un “escribe a nuestro mail para darte una respuesta acorde a lo que mencionas”… es lo mínimo que espera quien decidió utilizar algunos segundos de su tiempo comunicándose con la marca ¿Por qué la marca debería suponer que no es necesario responderle?

La programación automática de los mensajes presenta un grave problema para este diálogo, ya que si bien es cierto el encargado podría tomarse el tiempo de responder todo al final del día, se produce un desfase en tiempo que el interlocutor percibe como falta de interés para resolver las dudas o problemas planteados. Es posible utilizar estas herramientas en algunas ocasiones de emergencia, sin embargo deben ser evitadas para conseguir un engagement alto y de esta forma alcanzar los objetivos que se han planteado para el marketing en las redes sociales.