La modelo paraguaya Larissa Riquelme, que dejó al descubierto su cuerpo tras hacerse famosa en el Mundial de Sudáfrica, entregó una noticia que para sus seguidores es tan terrible como el fin de mundo que vaticinan los agoreros: dejará de realizar desnudos por amor a su novio, el futbolista argentino-guaraní Jonathan Fabbro, que actualmente juega en Cerro Porteño y que tuvo un ingrato paso por Universidad Católica.

La morenaza hizo tal revelación en una entrevista en el diario deportivo peruano “Libero”, dejando una estela de viudos y lloriqueos masculinos, especialmente en las editoriales de las las revistas para hombres que pagaban millonarias sumas para que la denominada novia de América mostrará sus atributos a todo color en papel couché.

“Ya no me voy a desnudar. Mi novio se puede molestar y quiero seguir tranquila”, explicó la guaraní que particularmente se hizo conocida en el mundo entero por portar su teléfono móvil en su escote, dejando en evidencia su grandes atributos.

La recordada Riquelme, que tuvo apariciones en un sinnúmero de publicaciones incluida Playboy, cumplió dos años de relación con Jonathan Fabbro, mediocampista nacido en las inferiores de Boca Juniors y que recientemente se nacionalizó paraguayo.

Larissa aseguró que no es una botinera, ese tipo de mujeres que persiguen la fama y dinero de los futbolistas, sino más bien que se fija en ellos porque le encanta el deporte y que practica voleyball y balonmano con sus hermanas.

“Muchas veces los futbolistas lo ven todo fácil porque tienen dinero y fama. Hay mujeres que se les lanzan por doquier, les gustan las fiestas, pero cada jugador debe saber lo que le conviene para su carrera”.

Lo concreto es que la estupenda Riquelme no volverá a posar como la primera vez que pisó este mundo, así que si de algo sirve, el consuelo es que por ahora existe una amplia galería de fotos en la que uno puede evocar con nostalgia cada una de esas recordadas sesiones.