Felipe Turover el espía que no paga sus cuentas y preocupa a una pareja de ancianos.

Eladio tiene 77 años y María 64. Viven en Madrid y hace cinco años, cuando ambos se transformaron en jubilados, comenzaron a alquilar habitaciones de su casa para tener una fuente de ingresos extra. Ya han pasado por allí más de 130 personas y nunca habían tenido a un inquilino moroso. Hasta que llegó Felipe Turover.

Los primeros días junto a este inquilino no eran para nada incómodos, es más, les colaboraba en quehaceres del hogar, compartía sus comidas, jugaba con el perrito de la casa y les ayudaba con las compras en días en los que la nieve se tomaba las calles. Pero, la percepción cambió cuando el matrimonio decidió googlear el nombre de este arrendatario.

María y Eladio matrimonio no pueden cobrar las cuentas a su inquilino.

En ese momento, tal como lo indicó una nota de El País, la pareja se dio cuenta de que estaban conviviendo con quien había sido agente de inteligencia de la KGB, aventurero del Kremlin y protagonista destacado en las intrigas que a finales de los años noventa desembocaron en la llegada de Vladimir Putin al poder en Rusia. Si algo les tranquilizó fue el ver que las más de 4.000 entradas que aparecían en Google sobre él eran de hace más de 22 años atrás y mantenían la esperanza de que el sujeto ya estaba lejos de esas prácticas.

Pero esa sensación de esperanza poco duró. Turover dejó de pagar el alquiler y amenazó a los dueños diciendo que él cuenta con la protección de la ley. A la fecha debe más de 3.000 euros y el miedo en la pareja de jubilados crece, no saben qué hacer ni cómo echarlo de su hogar. Siguen compartiendo el techo, pero ya no se relacionan, como si Turover siguiera las prácticas de su pasado de espía, hoy es un infiltrado en este hogar de España.