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¿Debe Solabarrieta seguir relatando partidos de la U?

La sorpresiva y abultada derrota de la U frente a Deportivo Quito dejó abundantes heridos, muchos de ellos sentidos con la parcial verborrea del relator magallánico.

El hincha de la U tuvo que lidiar desde temprano con la adversidad la noche del jueves; la transmisión de Fox desde el Atahualpa de Quito tuvo una demora inicial por problemas técnicos atribuibles al servicio de satélite, recibiéndose después de los 5’ de iniciado el encuentro, instantes iniciales compensados con la siempre valiosa emisión de radios con cobertura deportiva.

Establecida la transmisión de inmediato asoma la decepción de la hinchada azul de encontrarse nuevamente, en forma onerosa y obligatoria a la inefable dupla radiotelevisiva Yáñez-Solabarrieta, encomendados por la cadena Fox de la transmisión de un encuentro de octavos de la Libertadores.

La parcialidad del relato de Solabarrieta indignó a los seguidores de la U.

Foto: LUN

Las radioemisoras nacionales se anotarían un importante plus de audición si lograsen sincronizar la transmisión televisiva con la recepción de las ondas radiales, pues el desfase no permite optar por un relato no parcial hacia la U, sino que por otro menos nefasto que el que se recibió anoche desde Quito.

Rápidamente se pudo advertir que los problemas continuaban en la cancha –mala para ambos equipos- con sucesivas jugadas del cuadro local que en breve lapso estaba a punto de abrir la cuenta. Los jugadores de la U comenzaban a mostrar un repertorio inagotable de errores que se tradujeron en un suspiro de alivio con el 1-4 final, complicado de revertir en la vuelta de la próxima semana en Ñuñoa.

Antes del cuarto de hora inicial los problemas continuaban: una torre de iluminación apagada interrumpe el partido y el error de Sampaoli de hacerse expulsar por sus permanentes excesos verbales lo obligaron a ver prácticamente todo el partido desde la tribuna. Al menos le habría permitido al cotizado técnico de la U apreciar con mayor perspectiva la calamitosa presentación azul, más allá de la desventaja geográfica de una altura similar a la de Calama, pero con mayor humedad y pesadez en un aire delgado, que traiciona los pulmones y nubla la mente.

Junto a todos éstas molestias destacó nítidamente en los hinchas azules el impresentable relato del oriundo de Puerto Natales.

Lejos de la imparcialidad

Alejado de toda imparcialidad y objetividad periodística, algo imposible para quién es capaz de combinar el relato con emocionadas lágrimas por el triunfo de algunos amigos tenistas- comenzó a buscar congraciarse con el telespectador internacional acosando permanentemente con sus comentarios claramente anti azules; previas hiperventiladas y reiteradas cortesías verbales del veleidoso relator hacia los agasajadores quiteños.

El exceso de celo en marcar diferencias pro quiteñas llegó a un insólito diálogo en el primer tiempo con uno de sus colaboradores de cancha al analizar una jugada de Mena con “la hormiga” Paredes. El zurdo amagó oponer su brazo derecho extendido frente al ecuatoriano provocando uno de los numerosos piscinazos locales, un guiño futbolero para un partido muy cuesta arriba interpretado como penal por la genial dupla desde las utopías de su objetividad.

Luego de la jugada, Ischia –el entrenador local- aparentemente consultó al informador de cancha televisivo sobre si había sido o no penal: “dile que sí” estalló una perentoria orden  del comunicador chileno, sin reflexión alguna en las consecuencias que puede llegar a tener el transmitir información errada.

El partido quedará en la anécdota de si provocó o no en definitiva una temprana eliminación para la U en esta Copa Libertadores, pero también en dos aspectos que se relacionan indirectamente con el pésimo partido en Quito.

El primero es que pasarán casi desapercibidos y bajo un halo de neutralidad los comentarios de Patricio Yáñez, un hombre absolutamente identificado con el archirrival de la U. Algo parecido a que Lito Costa Febre –relator partidario de River- comentase a su antojo un partido de Boca, algo de consecuencias inimaginables.

Molestia de la hinchada

El segundo es que el relato de Solabarrieta ha logrado poner a trabajar a los hinchas azules en las redes sociales y medios electrónicos para reflejar el cansancio y la paciencia en franco agotamiento respecto de sus reiterados dichos.

Como se expresa un código muy enraizado por décadas en las ligas de fútbol cuando se recibe un desastre de arbitraje, en este caso de relato: “y además te pagan” o también “y encima nos cobran”.

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