“Tropas del espacio”: La novela que definió las guerras en el espacio

Es el libro más conocido de Robert A. Heinlen y desde 1959 ha sido un referente para un sinnúmero de otras obras, películas y videojuegos.

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¿Qué puede tener en común el famoso juego de video “Halo”, una serie de televisión de los ’90 como “Space: Above and Beyond” y las películas “Aliens” y “Avatar”, de James Cameron? Que todos ellos remiten obligadamente al libro que sentó las bases de los temas militares en el ámbito de la ciencia ficción: “Tropas del Espacio”, de Robert A. Heinlein. Un título que desapareció de las librerías chilenas hace unos quince años y que ahora regresa bajo el sello La Factoría de Ideas-Océano.

Publicada en 1959, esta novela está ambientada en un futuro impreciso, pero lo suficientemente lejano como para que el planeta Tierra viva en paz y exista un gobierno global —la Federación Terrestre— que ha salido a colonizar el universo. Sin embargo, esta futurista sociedad tiene una particularidad: al cumplir la mayoría de edad, los jóvenes (hombres y mujeres) deben elegir si hacen o no el servicio militar de dos años. Un tema no menor, ya que sólo aquellos que se enrolan, posteriormente tendrán derecho a votar y a postular a cargos públicos. Es decir, serán “ciudadanos”. Mientras que el resto, carecerá de esas posibilidades.

La Factoría de Ideas-Océano

Tropas del espacio

En este contexto conocemos a Johnnie Rico, un muchacho que decide enrolarse y ser ciudadano, aunque tenga que enfrentar la oposición de sus padres. Sin embargo, en medio de su duro y a veces brutal entrenamiento, la Federación Terrestre entra en guerra con una raza insectoide alienígena, llamada despectivamente “los bichos”.

Entonces Rico —cuya madre muere en un ataque que arrasa Buenos Aires— entra en combate como parte de la Infantería Móvil. Un grupo de tropas equipadas con trajes que son verdaderos exoesqueletos, repletos de sensores, bombas de hidrógeno y lanzallamas, entre otras muchas armas. Sin mencionar que dichos trajes amplifican tanto la fuerza como la velocidad de los soldados en el campo de batalla.

Buena parte de la novela es el duro entrenamiento de Rico —donde muchas veces los castigos son latigazos en público—, la relación con sus compañeros y figuras como el sargento Zim y el teniente Rasczak. Luego, la acción se traslada a bordo de la fragata espacial Rodger Young y el ataque al planeta Klendathu, hogar de los insectos gigantes.

“Tropas del espacio”, que ganó el premio Hugo en 1960, se puede leer como una versión futurista de “Sin novedad en el frente”, el clásico de Erich Maria Remarque, que narra los horrores de la Primera Guerra Mundial a través de la mirada de un joven soldado.

Y aunque Heinlen sostuvo que su novela encerraba una crítica a las guerras, no faltaron los detractores que aseguraron que realmente era una apología a la violencia y al militarismo.

Lo que sí es un hecho, es que Heinlen sirvió en la Marina de Estados Unidos a bordo del (entonces) nuevo portaaviones USS Lexington y el destructor USS Roper, aunque nunca llegó a entrar en combate, ya que en 1934 tuvo que dejar la Marina por tuberculosis. De hecho, pasó toda la Segunda Guerra Mundial como civil. Y que cuando escribió “Tropas del Espacio”, publicada en 1959, el recuerdo de la Guerra de Corea (1950-1953) todavía estaba fresco en EE.UU. y el mundo.

Actualmente la mayoría del público conoce la historia a través de “Starship Troopers” (1997), la versión cinematográfica dirigida por Paul Verhoeven (“Robocop”, “Bajos Instintos”, “El vengador del futuro”), que se toma varias licencias respecto del libro. Sin embargo, la influencia de esta novela se puede encontrar de mucho antes en obras como “El juego de Ender”, de Orson Scott Card o “La guerra sin fin”, de Joe Haldeman, quien plasmó su experiencia en la Guerra de Vietnam y para muchos es una “respuesta” a la obra de Heinlein.

James Cameron también deja ver la influencia de “Tropas del Espacio” en los “marines coloniales” de “Aliens” y los exoesqueletos de los soldados terrícolas en “Avatar”. Y todos —absolutamente todos— los videojuegos sobre guerras en el espacio, como el mencionado “Halo” o “StarCraft”, son tributarios de la obra de Heinlein. Una novela que hoy sigue tan vigente como el día que se publicó.

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