“Cuernos”: El diablo del siglo XXI

Horror, religión, misterio, drama y romance se mezclan en esta novela en la que Joe Hill muestra una versión del demonio brutal y originalmente humana.

Al parecer el talento se hereda. Ya en 2007, Joe Hill, hijo de Stephen King, ya había recibido los elogios de toda la crítica especializada cuando publicó “El Traje del Muerto”, una original novela de terror cuya historia ya está lista para ser llevada al cine, y “Fantasmas”, su libro de cuentos.

Esta vez, Hill sigue por la misma línea en “Cuernos” , una historia que sería injusto calificar como de terror por la gran cantidad de ambientes y géneros que el autor maneja y narra con gran soltura. En la novela se puede encontrar, por supuesto, horror, misterio, religión, drama, todo, aunque suene difícil de creer, en una gran historia de amor, muy épica, pero a la vez muy real, con un romanticismo que parece sacado de otros tiempos pero en un contexto tan del siglo XXI que, a la vez enternece y horroriza.

Cuernos

Foto: Suma de Letras

La historia gira en torno a Ig, un joven cuya vida es una pesadilla desde que, una noche, su novia Merrin apareció violada y asesinada, tras una gran pelea entre ambos.

Años más tarde, Ig despierta una mañana y descubre que le salieron unos cuernos en la frente. Pero no son cuernos cualquiera. Tienen el poder de hacer que la gente que los ve le cuente sus secretos más oscuros. Así, se da cuenta de que en su pueblo casi nadie desea su contacto pues creen que fue él quien asesinó a su novia.

A medida que Ig va descubriendo sus nuevos poderes demoniacos, también va averiguando la verdad sobre el crimen de Merrin y comienza a planear una venganza. Y a medida que la va llevando a cabo, en el se desarrolla una transformación que se desarrolla a lo largo de todo el libro.

En esta novela, Joe Hill construye a personajes que, tengan o no poderes sobrenaturales, son profundamente humanos. Personajes que no son felices con sus vidas y preferirían estar muertos o, derechamente, haciendo cualquier otra cosa. Por muy horribles que éstos les puedan parecer al lector, en cualquier momento hay un giro en el que el protagonista o los secundarios muestran un lado humano que no parecían tener.

En “Cuernos” se muestra una nueva versión del diablo. Una brutalmente original, en la que el demonio es quien es porque perdió todo. Y ahora ya no importa nada. Sólo la venganza. Hill incluso se anima a adentrarse en discusiones religiosas, o metafísicas, sobre el cielo y el infierno. Discusiones que se arregla para hacer parecer como lo más mundano.

Sin embargo, antes que todo esto, “Cuernos” es una historia de amor. Uno amor irreal, casi sobrenatural que, no obstante, no puso sobrevivir al mundo real. Todo en la historia, lo sobrenatural, los crímenes, los personajes, giran en torno a la historia de Merrin e Ig. Esto hace que el libro sea, no sólo entretenido, sino también triste. Y a la vez totalmente recomendable.

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